El fútbol americano tiene mucho de estrategia y también de espectacularidad. El ejemplo más claro es el de Rob Gronkowski que estuvo a punto de dejarse el cuello en un salto impresionante para anotar un touchdown. Increíblemente, no le pasó nada.
Corría el tercer cuarto del partido de la NFL entre New England Patriots y Kansas City Chiefs cuando Rob Gronkowski se hizo con el balón, se fue hacia la línea de banda sorteando a un rival y encaró la línea de marca del equipo contrario.
El jugador de los Patriotas no se lo pensó dos veces y saltó ante la amenaza de otro enemigo... pero no contaba con que le desequilibraran. De manera más que increíble, al jugador de New England no le pasó nada.
El jugador de los Patriotas no se lo pensó dos veces y saltó ante la amenaza de otro enemigo... pero no contaba con que le desequilibraran. De manera más que increíble, al jugador de New England no le pasó nada.
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