El viernes, los policías Yadira Rodríguez y Adrián Herrera fueron asesinados, luego de que un grupo de delincuentes amenazara con matar un policía cada día en respuesta a que según ellos el jefe de seguridad pública de Ciudad Juárez protege a un cartel rival. Foto: EFE
Julián era policía de Ciudad Juárez y fue asesinado al llegar a su casa. Su nombre completo era Julián Amado Flores Baena, tenía 38 años y cuando iba a entrar a su domicilio lo mataron con un "cuerno de chivo" el sábado pasado. Cuenta El Diario de Juárez que sus vecinos estaban preocupados por él.
El miércoles, un grupo de narcotraficantes puso varias "narcomantas" en la ciudad fronteriza para advertir que matarían cada día a un policía si el jefe de la corporación no renunciaba. "Quien nada debe, nada teme", contestó Julián, quien se convirtió en el tercer uniformado en morir luego de la amenaza. Un día antes los agentes Yadira Rodríguez y Adrián Herrera habían sido asesinados.
Julián murió porque así se lo advirtieron el pasado día 25 a otro Julián, a uno mucho más famoso pero conocido antes que por su nombre por su apellido y por su estilo: Leyzaola se apellida y su fama es casi de leyenda.
Los delincuentes que pusieron las mantas la semana pasada acusan al jefe de la policía de que solo los ataca a ellos --el Nuevo Cartel de Juárez--, y que no combate al Cártel de Sinaloa, de Joaquín Loera "El Chapo" Guzmán. Con esto, "el policía más reconocido y controversial de México", como lo llamó en una nota del 23 de diciembre pasado The New York Times, volvió a ser noticia. ¿Por qué lo llama así el Times? El rotativo lo explica: "está bajo un reflector que se está poniendo más caliente cada vez.
Acontecimientos positivos y negativos se entrelazan: la violencia ha bajado en Juárez, con un tercio menos de asesinatos en comparación con el año pasado; al mismo tiempo, las quejas por violaciones a los derechos humanos por parte de la policía se han incrementado, incluidas algunas en contra del jefe mismo". En pocas palabras, dice el diario neoyorquino, "es el paquete completo Leyzaola".
La fama de Leyzaola comenzó en Tijuana. En un perfil periodístico sobre Leyzaola de la revista The New Yorker publicado en octubre de 2010, el reportero William Finnegan entrevista al ex militar, teniente coronel retirado que hoy cuenta con 51 años de edad, y describe el estilo bravucón y protagónico del policía que devolvió la paz a Tijuana, donde fue jefe policiaco a partir de diciembre de 2008. Finnegan describe que Leyzaola dio alguna vez de puñetazos al cuerpo de un criminal muerto en un enfrentamiento donde también falleció uno de sus policías, y de cómo llama "mugrosos" a los delincuentes.
The New Yorker también publica en ese reportaje que las amenazas no son nuevas para Leyzaola. En algo idéntico a lo ocurrido en Ciudad Juárez la semana pasada, Finnegan describe como en julio del 2009, Teodoro García Simental, alías El Teo, dejó una nota en el cuerpo de un policía asesinado: "Si no renuncias, Leyzaola, voy a matar a 5 policías por semana". No renunció, llamó cobarde a El Teo, quien sería detenido en enero de 2010. Y al final del primer año como jefe de la policía de Tijuana, 32 policías habían muerto en la línea de combate, más de los que habían fallecido durante los cinco años anteriores, detalla el semanario.
Desde marzo de 2011, Leyzaola es el jefe de la policía de Ciudad Juárez. Sus diez meses en esa población han estado marcados por la polémica. Leyzaola tuvo enfrentamientos con la Policía Federal, que resguardó durante casi dos años la ciudad fronteriza, y al final ha logrado que salgan los federales, con quienes incluso tuvo enfrentamientos a balazos. Además, con él al mando, la policía de Juárez reprimió una manifestación de inconformes con la estrategia anticrimen seguida por el gobierno del presidente Felipe Calderón (los indignados pintarrajearon un banco y otros locales comerciales y la policía los detuvo con lo que fue considerado como uso excesivo de la fuerza).
Y si en Tijuana fueron más de 600 los policías expulsados de la corporación, en Ciudad Juárez ya van más de 200. Un reportero cuenta que hace unas semanas, en el más puro estilo Leyzaola, al jefe policiaco no le importó que hubiera prensa para despedir a dos policías porque se habían resguardado al sufrir un ataque de criminales, mientras otro de sus compañeros era asesinado.
El alcalde de Ciudad Juárez Héctor Murguía ya ha anunciado que protegerán a sus policías ante la oleada de asesinatos pero que Leyzaola ni se irá ni cambiará su estrategia. Ni su "estilo", cabría agregar, el mismo que en diciembre pasado llevó a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos a concluir que el ex jefe policiaco de Tijuana estuvo involucrado en abusos en contra de 23 policías municipales en marzo de 2009.
Con obvia ironía, un reportero de Ciudad Juárez aporta un dato cotidiano sobre cómo ha cambiado en menos de un año la situación en aquella población: "A veces echo de menos la violencia, ahora casi nunca es fácil encontrar lugar para aparcar en los malls". Parte de ese renacer de Juárez se debe sin duda a una policía que ahora tiene una moral en alto y una efectividad que Leyzaola le ha dado. La pregunta es si, como en el caso de Tijuana, no descubriremos dentro de algunos años que esa naciente tranquilidad fue a costa, al menos en parte, de derechos humanos.