martes, 6 de diciembre de 2011

La subida del IVA divide a los asesores económicos de Rajoy

El equipo económico del PP está en contra; los colaboradores externos, a favor

 La subida del IVA divide a los asesores económicos de Rajoy 

El líder del PP, Mariano Rajoy

La posible subida del IVA ha abierto una brecha entre los economistas que asesoran a Mariano Rajoy antes de su investidura como presidente de Gobierno. Algunos colaboradores del líder del PP, los de perfil más político, cuestionan que elevar la presión fiscal de la imposición indirecta vaya a suponer un aumento significativo de la recaudación más allá del impacto inicial sobre las cuentas públicas. 

Otros, por el contrario, estiman que sólo la subida del IVA tiene efectos inmediatos sobre los ingresos del sector público para reducir el déficit fiscal. Entre los primeros, se encuentra el equipo económico que ha acompañado a Rajoy en el grupo parlamentario durante los últimos años. Entre los segundos, los asesores ‘externos’ de Rajoy que han colaborado con el líder del Partido Popular.

La decisión, en todo caso, no se ha tomado todavía y dependerá fundamentalmente de quién sea el próximo ministro de Economía, pero a la luz de lo ocurrido en Italia, Grecia o Portugal, la segunda de las opciones es la que más gusta en Bruselas. Y, en particular, en Alemania y Francia, el eje sobre el que se construye el nuevo Tratado de la Unión Europea.

Los partidarios de mantener el IVA con sus actuales tipos impositivos estiman que la recaudación sólo se verá afectada en un primer momento, y una vez consolidados los aumentos en el presupuesto, lo que quedará será una fuerte contracción del consumo privado derivada del aumento de la presión fiscal, al margen de otras consideraciones de tipo ideológico. Y el consumo de los hogares es, precisamente, el componente de la demanda interna que más está lastrando el crecimiento debido a su enorme peso en la actividad económica (alrededor de un 55% del PIB).

Por el contrario, quienes sostienen que hay que subir el IVA recuerdan que su impacto sobre las exportaciones es neutro y, por lo tanto, este es el mejor camino para aumentar los ingresos del Estado sin que ello suponga una merma de la competitividad, como sucedería, por ejemplo, con un incremento de los tipos de Sociedades. El efecto sobre la inflación también se considera pequeño habida cuenta de que las empresas tenderán a absorber una parte de la subida para no perder cuota de mercado. Aunque ello suponga un deterioro adicional de sus márgenes comerciales.

Algunos estudios que se hicieron tras la última subida del IVA sugieren, de hecho, que sólo la mitad del aumento de la presión fiscal indirecta se trasladó al consumidor en un contexto de crisis económica.

Entre quienes ponen pegas a la subida del IVA está Cristóbal Montoro, quien recientemente dijo que “Europa no significa tener un IVA por encima del 20%; si entendemos Europa así, nos hemos equivocado”. El ex secretario de Estado de Economía, Luis de Guindos, por el contrario, se ha mostrado proclive a esta posibilidad, hasta el punto de que el candidato socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, utilizó unas palabras suyas en el último debate en televisión.


Qué dice el programa electoral


El programa electoral del Partido Popular es deliberadamente ambiguo sobre este punto. Tan sólo se limita a prometer que “de acuerdo con la normativa europea” los autónomos y las pymes no tendrán que pagar el IVA hasta que efectivamente “se haya efectuado el cobro de las facturas correspondientes”. Pero ni una palabra sobre un posible incremento de los tipos impositivos del Impuesto sobre el Valor Añadido. El programa, por el contrario, incluso plantea aplicar el tipo superreducido del IVA (el 4%) a  la compraventa de “viviendas habituales” de forma transitoria.

La experiencia más reciente de la economía española dice, efectivamente, que subir el IVA a mediados del año pasado ha influido positivamente en el aumento de recaudación. En 2011, y hasta octubre, la subida de los  tipos hasta el 8% y el 19% ha supuesto unos ingresos adicionales, según la Agencia Tributaria, equivalentes a  4.787 millones de euros. Más difícil es cuantificar el efecto que ha tenido sobre el consumo privado el incremento de la presión fiscal indirecta.

Los últimos datos de la Agencia Tributaria muestran que la recaudación por IVA está creciendo en estos momentos un 2,6% (hasta octubre), inferior al PIB nominal (con inflación). Y muy por debajo, en todo caso, del 46,2% que crecía en 2010 en igual periodo. Esto indicaría, efectivamente, que su impacto es limitado en el tiempo y con un coste incierto en términos de crecimiento por la menor renta disponible de las familias.

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