Un recluso recibe una medalla tras participar en unas olimpiadas nacionales.
Sorprendente, cuanto menos, es lo que le pasaba recientemente a F.F., un recluso de la cárcel de Villarrica (Chile), cuando se presentaba la Olimpiada Nacional de Matemáticas de la Educación de Jóvenes y Adultos ‘Akâ Porâ’.
Gracias a esta competición, 1827 personas tuvieron la oportunidad de participar en diversos problemas que debían solucionar en un límite de tiempo. Lo curioso de esto es que hay una pequeña cantidad de plazas reservadas a reclusos de las cárceles.
F.F. lleva en prisión más de tres años, a la espera de un juicio que parece no llegar. Sin embargo, al apuntarse a esta olimpiada daba un paso hacia adelante al resultar ganador de una medalla y una determinada cantidad de dinero.
Ha sido el propio recluso el que ha admitido que “el mérito lo tiene el profesor por la paciencia, creer en mí y darme otro punto de vista. Creo que me despertó mucho la mente y la forma de pensar por usar mucho la lógica. Ahora todo me parece lógico. Lo empecé a tomar como un juego, comenzaba a analizar y ya no lo veía como un problema sino como juego para resolver. Pensaba cómo resolverlo a lo James Bond“.
F.F. es promotor de la lucha contra la tuberculosis en la prisión en la que está recluido actualmente. También se dedica a enseñar a leer y escribir a personas que no saben hacerlo.
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