En el episodio, titulado 'El a-padrino', la discoteca 'Metropolitan', que acaba de abrir sus puertas en Esperanza Sur, originará todo tipo de problemas a los vecinos. Ruido, suciedad, descontrol... una mezcla explosiva que hará que Mauricio, Chema y Eugenia se propongan crear una patrulla vecinal para tratar de controlar la situación.
Sin embargo, no todos ven con malos ojos la apertura del nuevo negocio. Lorena está encantada de poder contar con un nuevo sitio al que salir de fiesta cerca de casa y convencerá a Macu para que se anime a acompañarla. Macu se muestra encantada y, tras dejar a su hijo Luisito en manos de Luisma y 'Barajas', pronto decidirá que quiere salir todas las noches.
Por su parte, Luisma y 'Barajas' tratarán de hacer negocio con el niño y con su imagen crearán carteles para solicitar aportaciones económicas, después de que Paz les hubiese mostrado la fotografía del niño de Malí que ella y su marido Edu han apadrinado.
Quien tampoco estará nada de acuerdo con la aparición de la nueva discoteca es Fidel y es que el ruido que provoca no le permite estudiar. Por este motivo, el hijo de Chema hablará con Jonathan, que ha conseguido hacerse con el puesto de DJ de la sala, para que trate de reducir el volumen de la música.
No obstante, Jonathan está demasiado entusiasmado con su nuevo trabajo como para hacer caso a su amigo, lo que llevará a Fidel a vengarse de él al ser consciente de que en el próximo examen va a sacar una mala nota por culpa de la discoteca.
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