Se cumple un año del caso aéreo provocado por el abandono masivo de los cotnroladores de sus puestos de trabajo. Este año, los pilotos de Iberia ya han anunciado su intención de hacer huelga este mes de diciembre, aunque aún no se ha concretado la fecha.
Este sábado se cumple un año del caos aéreo provocado por el abandono masivo de sus puestos de trabajo por parte de los controladores aéreos el día que comenzaba el puente de la Constitución, que se saldó con el cierre del espacio aéreo y más de 600.000 pasajeros afectados.
El caos aéreo provocó que el Gobierno decretara el estado de alarma por primera vez en democracia, así como la militarización de las torres de control de los aeropuertos españoles con lo que se pudo restablecer el tránsito aéreos 24 horas después.
Durante la mañana del 3 de diciembre de 2010, la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA), que agrupa al 97 por ciento de los 2.400 trabajadores del colectivo, convocó una asamblea permanente en todas las dependencias de España para valorar las posibles medidas que iba a anunciar ese día el ministro de Fomento, José Blanco.
A las 14.00 horas del 3 de diciembre de 2010 el Consejo de Ministros anunció la aprobación del Real Decreto que otorgaba la potestad a AENA para acomodar a las necesidades del servicio los períodos de disfrute de permisos y vacaciones de los controladores.
A las 15.00 horas los controladores de los centros de Barajas y Torrejón de Ardoz se incorporaron con normalidad el cambio de turno y fue sobre las 16.30 horas cuando comenzaron a presentar bajas por incapacidad. Al mismo tiempo, lo mismo sucedía en los tres aeropuertos de las Islas Baleares, Santiago de Compostela y los tres de las Islas Canarias.
A las 17.00 horas USCA celebró una rueda de prensa de urgencia en la que criticó las medidas laborales aprobadas por el Gobierno, pero aseguró que no había convocada ninguna acción sindical para ese día.
Minutos antes de las 19.00 horas se cerró el espacio aéreo de Madrid, así como numerosos aeropuertos de la península. Una hora más tarde, quedó clausurado todo el espacio aéreo español.
A las 21.30 horas entró en vigor el Real Decreto aprobado esa misma tarde por el Consejo de Ministros, para permitir a los militares tomar el control de las torres de control aéreo español, decisión que se ratificó al día siguiente con su publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
Una hora más tarde, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, firma la militarización de los controladores y el ministerio de Defensa asume la supervisión del tráfico aéreo, exigiendo la presencia inmediata de los controladores aéreos en las torres.
A las 23.30 horas, la Guardia Civil e inspectores de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) acuden al Hotel Auditorium de Madrid para identificar a un centenar de controladores reunidos en su sala principal.
A las 2.00 horas del sábado 4 de diciembre, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, advierte de que se va a declarar el estado de alarma para obligar a los controladores aéreos a reincorporarse bajo la amenaza de pasar a disposición judicial por incurrir en un delito de sedición.
Con la reanudación del turno de las 8.00 horas, la mitad de los controladores aéreos de toda España acuden a trabajar, pero alegan problemas médicos y AENA pide a los pasajeros que no vayan a los aeropuertos.
A las 10.00 horas arranca el Consejo de Ministros extraordinario y dos horas más tarde Rubalcaba anuncia que el Gobierno ha decretado el estado de alarma, lo que obliga a los controladores a movilizarse.
A partir de entonces, los controladores comienzan a reincorporarse a las torres de control y sobre las 16.00 horas, el Gobierno anuncia la reapertura del espacio aéreo. Una hora después despega el primer vuelo del aeropuerto de Barajas.
El caos aéreo provocó que el Gobierno decretara el estado de alarma por primera vez en democracia, así como la militarización de las torres de control de los aeropuertos españoles con lo que se pudo restablecer el tránsito aéreos 24 horas después.
Durante la mañana del 3 de diciembre de 2010, la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA), que agrupa al 97 por ciento de los 2.400 trabajadores del colectivo, convocó una asamblea permanente en todas las dependencias de España para valorar las posibles medidas que iba a anunciar ese día el ministro de Fomento, José Blanco.
A las 14.00 horas del 3 de diciembre de 2010 el Consejo de Ministros anunció la aprobación del Real Decreto que otorgaba la potestad a AENA para acomodar a las necesidades del servicio los períodos de disfrute de permisos y vacaciones de los controladores.
A las 15.00 horas los controladores de los centros de Barajas y Torrejón de Ardoz se incorporaron con normalidad el cambio de turno y fue sobre las 16.30 horas cuando comenzaron a presentar bajas por incapacidad. Al mismo tiempo, lo mismo sucedía en los tres aeropuertos de las Islas Baleares, Santiago de Compostela y los tres de las Islas Canarias.
A las 17.00 horas USCA celebró una rueda de prensa de urgencia en la que criticó las medidas laborales aprobadas por el Gobierno, pero aseguró que no había convocada ninguna acción sindical para ese día.
Minutos antes de las 19.00 horas se cerró el espacio aéreo de Madrid, así como numerosos aeropuertos de la península. Una hora más tarde, quedó clausurado todo el espacio aéreo español.
MILITARIZACIÓN
A las 21.30 horas entró en vigor el Real Decreto aprobado esa misma tarde por el Consejo de Ministros, para permitir a los militares tomar el control de las torres de control aéreo español, decisión que se ratificó al día siguiente con su publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
Una hora más tarde, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, firma la militarización de los controladores y el ministerio de Defensa asume la supervisión del tráfico aéreo, exigiendo la presencia inmediata de los controladores aéreos en las torres.
A las 23.30 horas, la Guardia Civil e inspectores de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) acuden al Hotel Auditorium de Madrid para identificar a un centenar de controladores reunidos en su sala principal.
A las 2.00 horas del sábado 4 de diciembre, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, advierte de que se va a declarar el estado de alarma para obligar a los controladores aéreos a reincorporarse bajo la amenaza de pasar a disposición judicial por incurrir en un delito de sedición.
Con la reanudación del turno de las 8.00 horas, la mitad de los controladores aéreos de toda España acuden a trabajar, pero alegan problemas médicos y AENA pide a los pasajeros que no vayan a los aeropuertos.
A las 10.00 horas arranca el Consejo de Ministros extraordinario y dos horas más tarde Rubalcaba anuncia que el Gobierno ha decretado el estado de alarma, lo que obliga a los controladores a movilizarse.
A partir de entonces, los controladores comienzan a reincorporarse a las torres de control y sobre las 16.00 horas, el Gobierno anuncia la reapertura del espacio aéreo. Una hora después despega el primer vuelo del aeropuerto de Barajas.
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