La búsqueda de Ruth y José llevó ayer a la Policía a rastrear colectores entre la finca y el parque. Los investigadores creen que la clave del caso está entre ambos lugares
La Unidad de Subsuelo de la Policía se dispone a rastrear un colector cercano a la finca paterna, ayer. -
La búsqueda de Ruth y José, los hermanos de 6 y 2 años desaparecidos el pasado 8 de octubre en Córdoba, vivió ayer una nueva jornada de frustración. Entre las 10.10 de la mañana y las 18.12 de la tarde, decenas de policías rastrearon colectores y alcantarillas situadas en los 13 kilómetros que separan los dos lugares que los investigadores consideran claves: el Parque Cruz Conde donde, según el padre, José Bretón, se extraviaron los críos, y la finca que la familia paterna tiene a las afueras de la ciudad y donde los niños y su progenitor pasaron aquel día las últimas horas juntos.
Los nuevos rastreos se producen después de que la Policía buscase hace semanas sin éxito en el interior de la finca. Los investigadores están convencidos de que lo que les ocurrió a los niños se produjo en dicho terreno. Por ello, el padre se encuentra encarcelado acusado de su desaparición.
Los agentes seguirán buscando en el alcantarillado en los próximos días
A última hora de la tarde, los policías, acompañados por trabajadores de la Empresa Municipal de Aguas de Córdoba (Emacsa), se trasladaron a un punto intermedio entre ambos puntos que hasta ahora no había sido inspeccionado: el polígono industrial de El Granadal, ya en el casco urbano de Córdoba.
Los agentes recorrieron también las tuberías de aguas residuales a un lado y otro de la Autovía del Sur (A-4) hasta que sobre las 18.12, cuando se hizo la noche, suspendieron la búsqueda. La Policía tiene intención de seguir rastreando en todos los conductos subterráneos de la ciudad entre la finca y el parque en los próximos días.
Dos vídeos fijan la desaparición entre las 13.37 y las 17.56 del 8 de octubre
A las 17.56, otra cámara, esta situada en el Parque Cruz Conde de la localidad, volvió a grabar el vehículo del padre. La Policía ha comprobado, tras analizar las imágenes y realizar una reconstrucción con muñecos y otra con niños, que para entonces los pequeños ya no le acompañan. Minutos después, Bretón realizó la llamada en la que alertaba del supuesto extravío de los menores.
Horas llenas de incógnitas
Por ello, las pesquisas se han centrado en los 259 minutos que separan unas imágenes de otras. El padre siempre ha sostenido que mientras estuvo en la finca sus hijos estuvieron jugando y pasaron bastante tiempo dormidos. Sin embargo, lo único que tiene constatado la investigación es que Bretón hizo desde ese lugar con su móvil al menos dos llamadas.
Las pesquisas se han centrado en los 259 minutos que separan unas imágenes de otras
Los cuatro niños ya habían estado juntos aquel día por la mañana, cuando el ahora encarcelado hizo de canguro y cuidó de sus sobrinos y sus hijos para que su hermana y su cuñado salieran a hacer una compras. Cuando estos regresaron sobre las 13.00, Bretón estaba muy nervioso. Insistía en que había quedado con un amigo para comer e iba a llegar tarde.
Minutos después, el único encausado recogía su coche en casa de sus padres, de los que se despidió en la puerta, y se iba con sus hijos a la finca. Allí llegó a las 13.37. Comenzaba un misterio cuya solución la Policía busca ahora en alcantarillas y colectores.
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