La Universidad de Córdoba publica un libro que concluye que la reliquia es real
Imagen de archivo de la Sábana Santa de Turín.
Un reto para la razón y un recuerdo para la fe". Ese es el objetivo de un libro que acaba de publicar la Universidad de Córdoba y que pretende, según uno de sus autores, "arrojar luz mediante el ejercicio de la razón sobre uno de los grandes enigmas que desde la Antigüedad nos han llegado hasta el presente": la Sábana Santa de Turín y el Santo Sudario de Oviedo.
El libro, editado por el Servicio de Publicaciones de la Universidad de Córdoba, publica las actas de un congreso que se celebró en la ciudad en noviembre de 2008 para repasar el papel de la reliquia "desde la historia, la ciencia y el arte". "Para la comunidad científica resulta un objeto inquietante, sujeto a las más diversas pruebas desde los más variados campos del saber (medicina, derecho, botánica, química, arqueología, arte...) con el fin de dar respuesta a los enigmas que plantea", dice la presentación de la publicación, que recoge afirmaciones tan controvertidas como esta: "El conjunto de estudios médicos, arqueológicos, químicos y físicos apunta claramente a la conexión directa entre el lienzo de Turín [la Sábana Santa] y la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo". La afirmación corresponde a uno de los ponentes, Manuel María Carreira Vérez, de la Universidad Pontificia de Comillas.
«La ciencia tiene sus límites. El que tiene que hablar es el corazón»
Otro ponente, José Delfín Villalaín Blanco, de la Universidad de Valencia, dice sobre la Sábana Santa: "Cada vez es más seguro que se trate de la mortaja y un lienzo funerario que estuvieron en contacto con el cadáver de Cristo. No es demostrable absolutamente que fuera Jesús, pero sí muy probable". Este experto en medicina legal obvia el estudio que hizo un laboratorio de la Escuela Politécnica de Zurich en 1988 y que afirmó, al 95% y tras una prueba de carbono 14, que la Sábana Santa databa de la Edad Media.
La publicación de este libro de actas ha desatado las críticas del Círculo Escépticos, una asociación cultural que critica la divulgación de la pseudociencia, y ha colocado esta publicación en su lista de la vergüenza, en la que incluyen "universidades, colegios oficiales y organismos públicos que promueven la pseudociencia".
"Termino con la esperanza en el futuro, pero sabiendo bien que la ciencia tiene sus límites y sólo puede afirmar lo que puede demostrar. A partir de aquí el que tiene que hablar es el entendimiento o, si quieren ustedes, el corazón de cada uno", concluyó su ponencia José Manuel Rodríguez Almenar, presidente del Centro Español de Sindología, una especialidad que se dedica, precisamente, a estudiar única y exclusivamente las reliquias de la religión católica.
El Círculo Escéptico denuncia la publicación como pseudocientífica
Con el vicario
El congreso y el libro también han contado con la participación del vicario general de la Diócesis de Córdoba, Fernando Cruz Conde. En 2008, además, se realizó un molde exacto de la que aseguran que fue la Pasión de Cristo para que un escultor tallara un crucificado a imagen y semejanza de la Sábana Santa de Turín, y del que sería titular la Hermandad Universitaria de Córdoba (compuesta por profesores, decanos y estudiantes). Desde entonces la talla desfila como Vía Crucis el jueves previo a la Semana Santa. El enorme realismo de la imagen, con docenas de heridas sangrantes, hizo que fuera muy criticada en la ciudad.
La Universidad de Córdoba se defiende. El vicerrector de Comunicación y Coordinación Institucional de la entidad académica, Manuel Torralbo, justifica la organización de este congreso "por la Hermandad Universitaria, para explicar el proceso de creación de una obra artística y parte del patrimonio cultural cordobés, como es el Cristo de la Universidad".
El libro asegura que los estudios vinculan la reliquia con la pasión de Cristo
Desde el Círculo Escéptico lamentan que ni el congreso ni la publicación contaran con científicos que sí que cuestionan la autenticidad de la Sábana Santa y del Sudario de Oviedo (que, según la leyenda, cubrió el rostro de Cristo cuando fue amortajado). El profesor turinés Luigi Garlaschelli, por ejemplo, logró reproducir usando técnicas medievales la que supuestamente fue la mortaja de Jesús de Nazaret y demostró así que se trata de una falsificación del siglo XIII.
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