martes, 10 de abril de 2012

Rossi reta a Ducati

El motociclista italiano abre con sus críticas un cisma con la fábrica de Borgo Panigale, que recuerda sus esfuerzos por satisfacerle

 


Rossi, durante el Gram Premio de Catar.


“Esta moto es inconducible, no importa el circuito”, estalló Valentino Rossi. “Los problemas no han cambiado y tampoco mis peticiones”, insistió. “No puedo pilotar así. No tengo confianza”, añadió. “Agotamos toda esperanza la temporada pasada. Ducati no ha seguido las indicaciones que di. Yo no soy ingeniero y no puedo solucionarlo todo”, remata. 

Son algunas de las frases que salieron de la boca del nueve veces campeón mundial la noche del domingo en Losail (Catar), escenario de la primera carrera del año, una jornada espléndida para los españoles, que sumaron su 13º triplete de la historia gracias a las victorias de Jorge Lorenzo, Marc Márquez y Maverick Viñales.

Una jornada, además, desastrosa para Rossi, que terminó el décimo (a más de 33 segundos de Lorenzo), sobre la última Ducati de la prueba, y declaró haber estado a punto de retirarse tras un adelantamiento al límite por parte de Héctor Barberá, con una Desmosedici satélite: “Solo continué por respeto a mis mecánicos [los que le siguieron de Honda a Yamaha y también en esta última travesía]”. 

Sus palabras no gustaron nada en la marca italiana, que quiso recordar que ha hecho todo lo posible por satisfacer las necesidades del que está considerado como el mejor piloto de todos los tiempos desde que llegara a Ducati el año pasado.

Por eso Filippo Preziosi, el director general de Ducati Corse y padre de la Desmosedici con la que el australiano Casey Stoner ganó el Mundial en 2007, reunió de madrugada a todos los miembros de Ducati en Losail y les instó a seguir trabajando como hasta ahora advirtiéndoles de que las palabras de Rossi no podían obviar todo el trabajo realizado por la fábrica. “El departamento de Carreras de Bolonia y los ingenieros de Ducati seguirán trabajando para desarrollar la moto y lograr mejoras ante la próxima carrera, en Jerez”, decía el comunicado oficial del equipo.

El italiano terminó décimo, sobre la última Ducati de la prueba

Aunque en 2011 la casa de Borgo Panigale puso en la pista hasta tres motos radicalmente diferentes, no existe la certeza de que vaya a dar otro giro de 180 grados a su nuevo concepto de moto, en el que ya claudicó, ante las exigencias de Rossi, al descartar su habitual chasis de fibra de carbono y disponer uno de aluminio igual al que llevan las máquinas japonesas.

En Ducati, sin embargo, hay cada vez más voces que recuerdan que, hoy por hoy, es Rossi el único que no logra los resultados esperados. 

Los números no mienten. Le dejan en evidencia. En la primera carrera del año, tanto Hayden (se ha perdido casi toda la pretemporada por una lesión y, aun así, se clasificó quinto el sábado y acabó sexto el domingo) como Barberá (noveno, en un nuevo equipo) han cubierto las expectativas. “Si Barberá estuvo peleándose contra una Honda toda la carrera, la moto no puede ir tan mal. Otra cosa es que Valentino no se entienda con ella”, indican. 

Es más, a Hayden le sobran los elogios: “Estoy emocionado. Hemos dado un paso adelante. Tenemos potencial para obtener buenos resultados este año”.

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