Un grupo de prostitutas que trabajan en las calles del barrio del Raval se han organizado en cooperativas de ahorro comunitario que han denominado "El Cuadro" y que les sirve para garantizarse un dinero seguro cada cierto periodo de tiempo.
La
psicóloga social y miembro de LICIT (Línea de Investigación y
Cooperación con las Inmigrantes Trabajadoras Sexuales), Diana Zapata, ha
documentado durante los últimos años esta práctica de ahorro que las
mujeres realizan de forma responsable y discreta en un trabajo de campo
que presentó en el último congreso de Femigra (Feminismo y Migración) de
Barcelona.
"Este sistema de ahorro y reparto monetario les
permite disponer de una fuente de ingresos adicional al trabajo", ha
explicado a Efe Diana Zapata, que resalta que esta iniciativa "ha nacido
del propio grupo de mujeres sin ninguna mediación institucional".
Estrategia de supervivencia
Las trabajadoras sexuales del Raval consumen, gastan y envían dinero a sus países, tienen necesidades familiares,
padres e hijos a los que cuidar, mantener y educar y por esas
necesidades "han diseñado 'El Cuadro' como estrategia de supervivencia y
como forma de resistencia a las múltiples violencias, entre ellas la
policial".
"El Cuadro" consiste en reunir a un grupo de diez mujeres, amigas y responsables, que se comprometen a pagar 20 euros diarios al grupo durante una semana y las diez mujeres se numeran del 1 al 10.
Una de ellas se encarga de recoger el dinero, que sumará 1.400 euros en una semana con lo aportado por las diez mujeres, y el montante total se lo entregará a la mujer que figura en el número 1.
Cuando esta cobra el ahorro acumulado por todas, pasa a ser la número 10 y se inicia la rueda. "Esta rueda es flexible puesto
que si una de ellas tiene una necesidad o un imprevisto se salta el
turno y cobra la primera", ha explicado Zapata, que ha resaltado la gran
complicidad, amistad y solidaridad que hay entre las trabajadoras
sexuales del Raval.
Confianza y ahorro
"Prima la organización, la confianza y la cultura del ahorro y
es un método muy práctico para anticiparse a la fragilidad de la
economía sumergida", ha destacado la psicóloga, que ha denunciado el
"fuerte rechazo social y la represión policial y política que sufren las
trabajadoras del sexo".
"El
Cuadro" se ha consolidado en varias calles del Raval, aunque son las
mujeres que trabajan en la calle de Robadors las que más experiencia
tienen en este sistema de ahorro comunitario, bien alejado del profundo
estigma social que soportan las prostitutas, de las que se silencia el
resto de facetas de sus vidas.
En "El Cuadro" -hay varios grupos de 10 mujeres cada uno-
participan básicamente mujeres españolas, sudamericanas, rumanas y
marroquíes con un elevado grado de complicidad y responsabilidad.
D., una prostituta brasileña que trabaja en el Raval desde hace 10 años, ha dicho que "El Cuadro" lo inició una ecuatoriana que
lo exportó de su país. De hecho, sistemas parecidos al "Cuadro"
funcionan entre las personas más desfavorecidas de países como Ecuador,
donde le denominan "Cadena", o en Colombia, donde le llaman "Natillera",
o en la República Dominicana, con el nombre de "Sans".
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