martes, 10 de abril de 2012

Cine._ El lado oscuro de la virtud

Entre Jennifer Aniston y George Clooney hay todo un ramillete de jóvenes o maduras estrellas que luchan no solo por tener una carrera impecable, sino también por tener una vida divertida, pero a espaldas de los focos y... ¡los cotillas oficiales!

 Kirk Royale -



Justin Theroux y Jennifer Aniston


Todos tenemos un lado oscuro. Incluso Mel Gibson. O aun peor, ¡Jennifer Aniston! Cada vez que escucho su nombre, vuelan a mi imaginación escenas pastoriles, niños rubios correteando, un arbolito de Navidad y una sonrisa. Pero Jennifer, esa mujer que dividió a Los Ángeles entre proangelinos y ella, una brecha ideológica de las que dejan huella, resulta que no quiere ser madre.

 O que le da igual. Resulta que Jen mola. En esta vida todo son sorpresas. Lo ha dicho en la CBS, para que quede constancia, y la declaración es de las que cortan el aliento: Tener un bebé no mide mi felicidad o el éxito en mi vida, en mis logros o en cualquier otra cosa.

 La chica ha cambiado de opinión: el año pasado decía que quería tener una familia con su novio, Justin Theroux, un actor que siempre va disfrazado como si fuera el batería de los Strokes. 12 meses después, quizá se ha impuesto la pura gerentología: tiene 43 años, y aunque a base de gastar en belleza personal en un mes lo que Valencia en calefacción para las escuelas en todo un año, parezca tener diez menos, la naturaleza es implacable. 

Esta es la historia de cómo ha caído un puntal del buen rollo, el minicine, la pyjama party y los lacitos en el pelo. Es el principio de una nueva era, el lado oscuro de la virtud. No se salva nadie.


Gerard Butler

 

UN ESPARTANO INTOXICADO


Ahí está Gerard Butler. Pertenece a un subgénero de estrella de Hollywood aficionada a la juerga que me fascina especialmente.

 O sea, los cachas. Butler es ese hombre que se hizo famoso en '300' (Zack Snyder, 2006) demostrando que Darwin tenía razón con aquello de que venimos del orangután, y convirtió sus apolíneos pectorales en un tambor, gesto muy apreciado por la audiencia del uno al otro confín. Butler, que es escocés, un lugar en el que nunca han despreciado un buen copazo, acaba de ingresar en la institución más noble de Hollywood: la Betty Ford. Los rumores, como suele suceder, son contradictorios.

Hay quien dice que Butler tiene afición por enroscar billetes y darles un nueva vida los viejos cedés como soporte multiplataforma. Y hay quien asegura que


se hizo adicto a los calmantes (en inglés, painkillers suena más contundente) desde que se quedara hecho polvo en su peli de los espartanos debido al tremendo esfuerzo. Por cierto, que más daba la impresión de ser adicto a los esteroides. Y el pasado diciembre, se metió una castaña haciendo surf, lo que habría acentuado su dependencia. ¿Qué rumor es cierto? Escojan ustedes mismos.



Justin Bieber y su inseparable Selana Gómez

 

UNA MEXICANA LÁCTEA Y UN BIEBER QUE YA ES ADULTO


La virtud ha mostrado muchos rostros inquietantes estas últimas semanas. Todavía no he superado el escalofrío de ver a Salma Hayek con los labios manchados de leche en un anuncio en el que promociona tan sana bebida. 

Ver a Hayek de esta guisa, ahora que la primavera comienza a apretar, para un cincuentón como yo equivale a cinco dosis de Viagra. Me pregunto qué efecto tendrá sobre los niños, que no la necesitan. Por cierto, que la mejor amiga de Pe ha sido plurinoticia estas semanas. 

 El padre de Pe acaba de ser padre por cuarta vez adelantándose a su propio hijo Eduardo (que se acaba de separar de Eva Longoria), y darle a nuestra estrella más internacional una hermana. Muy comprometidos con la triunfadora de la familia, le han puesto al bebé el nombre de su confidente más íntima: Salma, of course. 

Quizá es para que pueda aprovecharse de los puntos de Iberia de su madrina, que tanto anuncia leche como se planta en los Oscar o se larga a París para asistir junto a Kristen Stewart al desfile de Balenciaga en la Semana de la Moda de París.

Ni siquiera la adolescencia, esa etapa tan tierna y presta a las emociones puras, se salva de la quema. De piedra me quedé al leer una noticia que nos anunciaba que la madre de Justin Bieber va a publicar unas memorias en las que explica cómo criar a un hijo siendo madre soltera, y se supone que la técnica para que te salga archimillonario y no tengas que volver a dar un palo al agua.

 Pues bien, esta importante nota literaria iba acompañada por una foto del cantante pero me costó unos cinco minutos darme cuenta de que la estampa pertenecía al autor de tan hermosas baladas pop y no a su propia madre. 

 Me pregunto si Justin va a seguir la senda de Michael Jackson o la de Lady Gaga. En cualquiera de los casos, terminará en el mismo sitio, haciendo un cameo en la nueva entrega de 'Hombres de Negro' (Barry Sonnenfeld, 1997), y no precisamente por tener un aspecto muy normal.

 Por cierto, que el chico acaba de cumplir 18años. A mí, Justin me da tanto pánico que estoy comenzando a sentir ternura cuando lo imagino deambulando por Sunset Boulevard de la guisa de Macaulay Culkin.


George Clooney y Stacey Keibler, una pareja a fuerza de rumores

 

LOS DESCENDIENTES DE GRACE


La transmisión genética también ha mostrado estas últimas semanas que no perdona. Queda claro, salvo excepciones que confirman reglas, que la virtud no se transmite.

 No soy tan viejo como para que Grace Kelly perteneciera a mi onanismo adolescente, pero tengo vista. Y la estampa de ver a Alberto de Mónaco, con esa cara que se le ha puesto de ser uno de los malos de 'Malditos Bastardos' (Quentin Tarantino, 2009), y Charlene Wittstock con un peinado como si acabara de meter los dedos en el enchufe, en los Oscar, me ha dejado, literalmente, de piedra.

 Con lo rico que era Alberto... ¡de pequeñín! Yo creo que la pobre Grace merece otro homenaje, digamos, más fino. Y en progresiva decadencia, al sobrino de la pareja, Pierre Casiraghi, le metieron unas cuantas hostias por hacer de príncipe en un país republicano. 

Y ya se sabe lo que pasa con las cosas de la política, que la gente se pone tensa. Otra adolescente en apuros, Miley Cyrus, se compra un Mustang y sale de casa sin sujetador, provocando una escalada de la ventas de Lolita en Estados Unidos. Acto seguido, durante la noche de los Oscar, la amenazan de muerte por el Twitter. Y la chica pide responsabilidades a la empresa. En fin...

No quiero terminar sin rescatar algunos clásicos. La homosexualidad de George Clooney se ha convertido para el mundo corazonesco en algo así como demostrar que hubo un complot para matar a Kennedy: el Gran Misterio.

 El emblema de Cocktail para famosos acaba de declarar que le importa un bledo, demostrando una vez más por qué es el más guay. Su virtud permanece intacta, y, aunque sea un embustero y todas sus novias sean un florero, me da igual. Y los lazos de amistad parece que se estrechan entre Demi Moore, recién salida de rehabilitación, y Ashton, que fue a visitarla a Utah. 

No solo eso: en un acto que solo puede calificarse como de sacrificio heroico, Ashton fue a ver cantar a Rumer (la hija de Moore) a un club dejándose fotografiar todo elegantoso, según es su costumbre. Mientras, Jennifer Aniston define su felicidad al cierre de esta edición con la categoría A Plus. Con lo cual demuestra que la virtud, como la cursilería y el Facebook, nunca descansa.

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