La comisión de Asuntos Constitucionales del Parlamento Europeo aprobó hoy por unanimidad el nuevo código de conducta para los eurodiputados, que prohíbe los sobornos así como aceptar cualquier presente con un valor superior a los 150 euros.
Las nuevas reglas éticas, que se someterán al visto bueno del pleno de la Eurocámara el próximo 1 de diciembre, empezaron a forjarse en marzo tras el escándalo protagonizado por tres eurodiputados que sucumbieron a un falso soborno del diario británico The Sunday Times.
Una vez entre en vigor el código, los eurodiputados tendrán que justificar todos los obsequios y pagos extraordinarios que reciban así como declarar toda actividad que pueda constituir un conflicto de intereses.
Aunque la letra del código es laxa, si se previene que no podrán aceptarse regalos con un valor superior a los 150 euros. Ante la duda, los europarlamentarios podrán consultar con un comité asesor que examinará el posible quebranto de las normas según el código.
Si el comité ve lugar a infracción, recomendará sanciones que van desde una reprimenda económica hasta la cesión del puesto de eurodiputado. La ONG Transparencia Internacional ha denunciado el hecho que no se prevea en esa regulación un periodo de varios años en el que no se permita a los eurodiputados asumir tareas de "lobby" tras dejar el cargo. También se quejan que, aunque existirá un registro de grupos de presión conjunto con la Comisión Europea, no será obligatoria la inscripción como si ocurre, por ejemplo, en Washington.
Una vez entre en vigor el código, los eurodiputados tendrán que justificar todos los obsequios y pagos extraordinarios que reciban así como declarar toda actividad que pueda constituir un conflicto de intereses.
Aunque la letra del código es laxa, si se previene que no podrán aceptarse regalos con un valor superior a los 150 euros. Ante la duda, los europarlamentarios podrán consultar con un comité asesor que examinará el posible quebranto de las normas según el código.
Si el comité ve lugar a infracción, recomendará sanciones que van desde una reprimenda económica hasta la cesión del puesto de eurodiputado. La ONG Transparencia Internacional ha denunciado el hecho que no se prevea en esa regulación un periodo de varios años en el que no se permita a los eurodiputados asumir tareas de "lobby" tras dejar el cargo. También se quejan que, aunque existirá un registro de grupos de presión conjunto con la Comisión Europea, no será obligatoria la inscripción como si ocurre, por ejemplo, en Washington.
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