LA AFICIÓN, DE PARTE DEL SEVILLANO, SE ACORDÓ DE LUIS
Reyes comenzó el partido desde el banquillo.
Otra noche extraña fue la que se vivió a la ribera del Manzanares. Con Falcao lesionado, la movilidad y constancia de Adrián y, sobre todo, el revulsivo cambio de Reyes fueron las claves para derribar al pegajoso Levante. Pero en los casi 70 minutos que duró el empate a cero inicial, las gradas del Vicente Calderón volvieron a demostrar sus ya muy arraigadas dudas que tienen sobre el proyecto dirigido por Gregorio Manzano.
Las próximas dos semanas son el plazo real que tiene el técnico para que su equipo eche a andar con ritmo triunfal. Los vaivenes sufridos le sitúan a día de hoy en la novena plaza, empatado con el Rayo Vallecano, a siete puntos de la zona Champions y a la friolera de quince puntos del Real Madrid, actual líder y su próximo rival.
Las paradojas que tiene el fútbol han querido que Reyes, a quien Manzano castigó tras un rifirrafe entre ambos en Bilbao y por el que se le llegó a ver fuera del equipo de cara al mercado invernal, fuera el hombre que diera ayer aire al proyecto atlético. El sevillano volvía a una convocatoria cuatro partidos después e inició el choque desde el banquillo. Y la afición dejó muy claro de parte de quien está.
Así, cuando sobrevolaba la incertidumbre sobre el partido, los 30.000 aficionados que asistieron al estadio (media entrada) comenzaron a corear mayoritariamente el nombre de Reyes, mientras un sector algo menor volvió a acordarse de Luis Aragonés, entrenador que suena como posible recambio en caso de que se cesase a Manzano.
Automáticamente, el de Utrera salió a calentar entre la ovación del público. Entró al campo y a los pocos minutos lideró un contragolpe que Pizzi se encargó de finalizar en gol, abriendo la lata. Tras el empate inmediato del Levante, otra jugada de Reyes fue continuada por Arda Turán, quien desde la línea de fondo centró magistralmente para que Adrián adelantara de nuevo a los locales.
En los últimos minutos, Reyes tuvo ocasiones para marcar y se mostró muy activo. Está claro que sería un lujo para los rojiblancos prescindir ahora de la calidad del andaluz, recuperado de nuevo para la causa. Para alegría de la afición y, más que nadie, del eternamente cuestionado Goyo Manzano.
Las próximas dos semanas son el plazo real que tiene el técnico para que su equipo eche a andar con ritmo triunfal. Los vaivenes sufridos le sitúan a día de hoy en la novena plaza, empatado con el Rayo Vallecano, a siete puntos de la zona Champions y a la friolera de quince puntos del Real Madrid, actual líder y su próximo rival.
Las paradojas que tiene el fútbol han querido que Reyes, a quien Manzano castigó tras un rifirrafe entre ambos en Bilbao y por el que se le llegó a ver fuera del equipo de cara al mercado invernal, fuera el hombre que diera ayer aire al proyecto atlético. El sevillano volvía a una convocatoria cuatro partidos después e inició el choque desde el banquillo. Y la afición dejó muy claro de parte de quien está.
Cánticos a Reyes y a Luis
Así, cuando sobrevolaba la incertidumbre sobre el partido, los 30.000 aficionados que asistieron al estadio (media entrada) comenzaron a corear mayoritariamente el nombre de Reyes, mientras un sector algo menor volvió a acordarse de Luis Aragonés, entrenador que suena como posible recambio en caso de que se cesase a Manzano.
Automáticamente, el de Utrera salió a calentar entre la ovación del público. Entró al campo y a los pocos minutos lideró un contragolpe que Pizzi se encargó de finalizar en gol, abriendo la lata. Tras el empate inmediato del Levante, otra jugada de Reyes fue continuada por Arda Turán, quien desde la línea de fondo centró magistralmente para que Adrián adelantara de nuevo a los locales.
En los últimos minutos, Reyes tuvo ocasiones para marcar y se mostró muy activo. Está claro que sería un lujo para los rojiblancos prescindir ahora de la calidad del andaluz, recuperado de nuevo para la causa. Para alegría de la afición y, más que nadie, del eternamente cuestionado Goyo Manzano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario