Dos franceses han ganado el Dakar -organizado por una empresa francesa, Amaury Sport Organization, ASO, la misma que el Tour de Francia, entre otras competiciones- por delante de dos españoles. Escribo estas lineas unas horas antes de que abran sus ediciones de este lunes los medios franceses, como L’Equipe, pero me jugaría el meñique del pie izquierdo a que dedicarán buena parte de su portada a este hito, si no es toda ella.
Evidentemente, es un día grande para los deportes de motor francés. Ahora bien, habría que analizar esas victorias, y más en concreto, la de Cyril Després. Lo ocurrido en la octava etapa de este Dakar 2012 sólo se puede calificar como cacicada. Para los que no hayan seguido el día a día de esta prueba, se lo resumo: el francés se quedó atrapado en el barro, perdió nueve minutos y, pese a que Marc Coma ya había pasado esa parte, los comisarios -después de escuchar las furibundas quejas de Després- decidieron anular el tramo donde se había encallado. En resumen: le arrebataron los 9 minutos de ventaja a Coma en favor de Després.
Desde ese momento, la lucha entre Després y Coma dio un cambio radical, y el español cometió un error en el peor momento: no puedes salirte de ruta (¡por segunda vez este año!) en la etapa clave para la victoria, la penúltima. Ahora bien, ¿cómo hubiera planteado Coma el final de este Dakar sin que le hubiesen atracado -en palabras de Nani Roma-?
Muy distinto es el sabor de la victoria de Stephane Peterhansel. A sus 46 años, ‘monsieur Dakar’ ha ampliado su leyenda, llevándose un Touareg de bronce más a su extensa colección, gracias a su gran actuación a los mandos de un BMW X3 un Mini All Raid 4×4. Ha superado a sus propios compañeros, incluido un Nani Roma, que se metió demasiado tarde en la competición desde el punto de vista psicológico, o a los hombres de Hummer, que han dado un dantesco espectáculo.
El príncipe qatarí Nasser Al Attiyah abandonó echando espumarajos por la boca de un coche al que calificó de ‘cacharro’, y Robby Gordon, un estadounidense de los que tienen siempre la palabra “f**k” en la boca, que aún no se sabe si ha sido quinto o no, ya que fue excluido por llevar una trampa en el coche y la apelación aún está pendiente de resolución. En definitiva, tal y como avanzaba en la previa, hemos vivido un Dakar como los de antes: duro, con accidentes (lamentablemente, uno fatal), y con Peterhansel llevándose la victoria final.
Hablaba el ex tenista Yannick Noah de la ya famosa “poción mágica” que tomaban los españoles para dominar el deporte mundial. En este Dakar, hemos visto cómo a algunos deportistas franceses -no caeré en el error de generalizar- les gusta más el barro político -algo nada nuevo en el motorsport francés, y si no, véase el caso de Alain Prost en Fórmula 1 a finales de los 80-. En cualquier caso, para Yannick y para todos los franceses, mi más sincera enhorabuena. Ha sido un Dakar colosal.
PD.- Este lunes juegan Francia y España en el Mundial de Balonmano, que se disputa en Serbia. Noah, saca las palomitas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario