La tercera entrega de la saga Riddick vuelve a coger vuelo tras el éxito de la quinta A Todo Gas y con David Twohy de regreso en la dirección
Pospuesta durante años y sin un objetivo en mente, la saga de Las Crónicas de Riddick parecía condenada al olvido. Pero en 2011, su protagonista, Vin Diesel, ha vuelto a ponerse de actualidad gracias a Fast Five, que recuperó de manera sorprendente el éxito de la franquicia A Todo Gas (más potente que nunca para crítica y público). Después de este hecho, alguien en Hollywood parece que volvió a acordarse del calvo más conocido del celuloide (con el permiso de Willis y Cage, a veces), y la idea de una tercera entrega alrededor del anti-héroe interplanetario ha renacido.
El director y guionista original, David Twohy, regresará también en una cinta que ahora enciende el motor al hacer sus primeros fichajes. La televisiva Katee Sackhoff (Battlestar Galactica) servirá de interés amoroso, una mercenaria nórdica en busca de Riddick. El español Jordi Mollà, por su parte, vuelve a probar el rol antagonista para transformarse en Santana, que se uniría al villano veterano interpretado por Karl Urban. El catalán, que recientemente perdió la oportunidad de unirse al nuevo Star Trek de J.J. Abrams, se ha hecho un experto en dar vida a los malo, habiéndose dejado ver en Dos tipos duros 2, Noche y Día y Columbiana.
Desde que en 2000 se estrenó Pitch Black, la saga de Las Crónicas de Riddick ha pasado por tantas muertes y renacimientos como la irregular carrera de Diesel.
La primera cinta se lanzó casi como una película de serie B, de fantasía barata y con un actor principal desconocido (al que habíamos visto en Salvar al Soldado Ryan). Un año después, este musculado protagonista probaría las mieles del éxito gracias a taquillazos como A Todo Gas y XXX, lo que empujó al director a crear una secuela que expandió el universo de ficción en una space-opera más tópica pero con nombres más notables.
El film logró una recaudación destacada pero, ante el traslado de Diesel a películas infantiles y su salida de una saga de The Fast and The Furious a la deriva, la tercera entrega nunca se acabó de concretar, limitando la franquicia a continuar en videojuegos y películas animadas. Veremos si su renacimiento puede ser tan exitoso como lo fue hace una década.
Vía | Variety
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