Jesús Hernández
Domínguez enseguida borró un mensaje en su cuenta de Twitter en el que venía a poner en entredicho la labor arbitral en el Bernabéu. Una reacción en caliente de la que se desmarcó en frío. Los propios jugadores, al igual que la inmensa mayoría de la gente futbolera, reconocen, después de reflexionar, de la escasa porción de culpabilidad que se le puede atribuir a Mateu Lahoz en la dolorosa derrota sufrida en la Castellana.
Personalmente, sólo me chirrió la amarilla que le mostró a Diego por intentar que no fuesen a mayores las 'conversaciones' entre Di María y Filipe Luis (que acabó empujando a Manzano a retirar al brasileño del campo cuando fue expulsado Courtois) y quizás que no hubiese amonestado la exagerada teatralidad del 'Fideo' a la hora de encajar presuntos golpes. Más allá de eso, el árbitro al que idolatra Mourinho no hizo más que interpretar el reglamento.
Desde el propio Atleti entienden que Courtois cometió penalti y que por tal infracción podía ser expulsado. O no.
Queda la duda de qué hubiese sucedido si hubiese ocurrido en otro área, por ejemplo en el del Betis en el Benito Villamarín con Casto como protagonista. Penalti. Sí. ¿Tarjeta? Amarilla. Se preguntan a su vez qué hubiese ocurrido en otro área si Adrián hubiese sufrido el clarísimo penalti que no le señalaron ante el Levante hace unos días y del que, por suerte para ellos, no tienen que acordarse.
O qué hubiese ocurrido si la mano que Borbalán vio de Silvio ante el Mallorca se hubiese producido en otro escenario... Un fallo, más otro fallo que acaba derivando en ese sentimiento que Domínguez no pudo reprimir.
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