La historia de Jason McElwain dio la vuelta al mundo.
La historia de Jason McElwain dio la vuelta al mundo. El chico, que padece autismo, ayudaba al entrenador de un equipo del instituto, que decidió premiarle poniéndole a jugar cuatro minutos en un partido. Metió seis triples y se convirtió en el chico de América. Cinco años después, el muchacho es un adulto que cuenta su hazaña a todo el país.
Han pasado cinco años desde que fueran grabadas las, probablemente, imágenes más emocionantes que el deporte dio nunca. El entrenador del equipo de baloncesto del Green Athena High School de Nueva York cumplía su promesa: Jason McElwain, el muchacho autista que le ayudaba como chico para todo del equipo, jugaría los cuatro últimos minutos del partido que cerraba la temporada. Tras fallar sus dos primeros tiros, McElwain anotó nada menos que seis triples y una canasta de dos, ante la locura de los aficionados y sus compañeros. Las imágenes dieron la vuelta al mundo. ESPN lo contó como nadie.
Jason McElwain se convirtió en 'J-Mac' (un juego de palabras con el mote de la estrella de la NBA Tracy McGrady, 'T-Mac') y pasó a ser una celebridad a la que recibió el presidente George Bush, que escribió una biografía ('The Game of my Life'), protagonizó anuncios de Gatorade y le compraron los derechos de su historia para una película, aunque todavía no se ha rodado.
Todo ocurrió en 2006 y, cinco años después, Jason McElwain sigue siendo 'J-Mac'. En los Estados Unidos, una historia así no se olvida.
El chico ya es un adulto de 24 años y cuenta su historia en ciudades de todo el país como 'motivational speaker'. No hay mes que no tenga una o dos apariciones. Además, es uno de los entrenadores del equipo de baloncesto de su instituto y trabaja a tiempo parcial en el mismo supermercado en que lo hacía hace cinco años. Es el panadero.
En una charla el mes pasado, le preguntaron qué ha sido lo mejor que le ha reportado aquel día: "Desde entonces, soy uno más", respondió.
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