De la Rosa y Alonso en primavera de 2001.
¿Hay mejor noticia que Pedro Martínez de la Rosa fiche por HRT? Al margen de las implicaciones deportivas, que un piloto como De la Rosa -con la experiencia y calidad humana que atesora- pueda acabar su carrera en un equipo español de Fórmula 1 tiene un gran valor simbólico y hasta emocional. Además, supone un espaldarazo en el proceso de reestructuración de HRT.
"Pedro Martínez de la Rosa siempre tendrá un sitio en McLaren", nos decía en 2007 Ron Dennis al grupo de periodistas españoles que visitábamos la sede de McLaren. No fueron palabras huecas. La estima y valoración del equipo británico se confirmó de nuevo cuando, una vez terminada la experiencia de Sauber, McLaren volvía a contratar al español como tercer piloto, casi ya en los cuarenta, nada menos que por tres años y desdeñando a pilotos más jóvenes como posibles sustitutos de Jenson Button y Lewis Hamilton.
Por algo sería. Quizás Martin Withmarsh no se arrepentía cuando hablaba con De la Rosa sobre los escapes fallidos de McLaren a principio de temporada, por ejemplo. Y solo hay que leer el comunicado de despedida, ayer, del equipo británico. No se escuchan frecuentemente palabras así en la Fórmula 1.
Pero, sobre todo, el retorno a las pistas de Martínez de la Rosa confirma su extraordinaria pasión y seguridad en sí mismo. El piloto catalán reafirmado una determinación por pilotar que ha roto moldes en el Gran Circo. Familia aparte, "la Fórmula 1 es lo que da sentido, ordena y guía mi vida" confesó De la Rosa hace años a modo de declaración de principios. Lo está cumpliendo. Su estrategia era clara: ser tercer piloto siempre fue el instrumento para volver a correr. Pero la dinámica de la Fórmula 1 actual no se lo estaba permitiendo.
De la Rosa suele saber dónde pisa
Lo entendió y corrigió el tiro para lograr su objetivo. Era fácil leer entre líneas con ese comunicado, la pasada semana, en la que daba un buen 'estacazo' a la política sin sentido de la Fórmula 1 respecto a los entrenamientos privados. Con argumentos que, seguro, todos aprobarán en el Gran Circo, aunque se finalmente FIA y FOTA se crucen de brazos.
Pero, sobre todo, en esa columna De la Rosa lo anticipaba entre líneas: "Mi estrategia de ser piloto reserva no funciona. No puedo ejercer y yo no quiero disputar una carrera en inferioridad de condiciones, no mecánicas por supuesto pues eso es algo admisible, sino de entrenamiento". Dicho y hecho. Cambio de rumbo. Piloto titular, de nuevo. Pura raza.
¿Que HRT es uno de los tres equipos de fondo de parrilla? De acuerdo, pero algo está cambiando en su nueva etapa y De la Rosa lo confirma con el aval que representa su fichaje. Cuando Hispania y José Ramón Carabante le cortejaban en sus comienzos, el piloto español solicitó avales bancarios que garantizasen su contrato para unirse al equipo español. Recibió largas –y hasta mentiras- de forma recurrente. De la Rosa también se informaba concienzudamente con sus contactos en el mundo financiero. Sabía el terreno que pisaba. No firmó. Todos sabemos lo que pasó en Hispania. Hoy, Pedro Martínez de la Rosa ha fichado por dos años con HRT.
A cada decisión, un anuncio público
Los nuevos responsables del equipo español confirmaron en Abu Dhabi su política: nada de especulaciones ni globos sonda. A cada decisión, un comunicado público. Sin marear la perdiz para luego dejarse plumas de credibilidad por el camino. Dentro de poco, la sede en Valencia.
Un monoplaza nuevo está en marcha. Pedro Martínez de la Rosa, fichado. Posiblemente, Red Bull siga confiando uno de sus pilotos (Daniel Ricciardo) al equipo español con el aporte económico que supone. ¿Patrocinadores? Si han llegado nuevos nos enteraremos en su momento, no en el día del anuncio del fichaje de De la Rosa. A cada momento su protagonista.
Quién sabe si De la Rosa querrá –y si se ha previsto en el acuerdo- seguir vinculado a HRT una vez terminada su carrera como piloto. Sería una perspectiva magnífica. Con Luis Pérez Sala, con De la Rosa, con un proyecto empresarial de pasos cada vez más sólidos, quizás sería el momento de que grandes corporaciones españolas empiecen a creer en un equipo español que, paso a paso, va dando muestras de seriedad y credibilidad.
La Fórmula 1, un campo estratégico
"Si estamos ahora a un 104-105% de los mejores monoplazas, conseguir dar el año que viene un paso que nos deje al 102 %, por ejemplo, será un salto enorme, aunque para los espectadores y aficionados sea difícil de apreciar, pero ese es el objetivo" nos comentaba recientemente Luis Perez Sala.
Esta es la labor de HRT: sentar bases solventes financieras y de gestión, reestructurar la organización del equipo para dotarle de los medios adecuados, construir un nuevo monoplaza digno de la categoría y, en definitiva, lograr credibilidad. Y en este esquema que tan bien conoce ahora, Pedro Martínez de la Rosa ha decidido integrarse.
Que España logre cuajar un proyecto en un espectáculo tan global como la Fórmula 1 es de vital importancia, como ha descubierto Emilio Botín para sus propios intereses con la presencia del Banco Santander. No se oculta que es una tarea titánica y extremadamente compleja, pero los réditos pueden ser extraordinarios.
Que le pregunten a Frank Williams y sus proyectos tecnológicos en Qatar, por ejemplo. Y, deportivamente, por detrás de Alonso, Alguersuari y De la Rosa llama a la puerta una gran cosecha de jóvenes pilotos, como se ha comprobado en Macao, por ejemplo. Sí, la Fórmula 1 no sólo son cochecitos de colores dando vueltas.
Sin lugar a dudas, el fichaje de Martinez de la Rosa con HRT es una gran noticia. Excepto para quienes, hasta ahora, disfrutaban con ese magnífico comentarista televisivo que es. Pero, en el fondo, seguro que todos estarán encantados de perder su voz para ganar con la visión de su casco dentro de un monoplaza español de Fórmula 1.
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