El número 1 del mundo, Novak Djokovic, logró derrotar en su estreno en el Barclays ATP World Tour Finals a Berdych (3-6 6-3 y 7-6), tras un partido muy abierto y disputado que el checo tuvo en su mano, pero no supo cerrar.
Berdych saltó muy concentrado al O2 para intentar la machada frente a un rival al que solo había batido en uno de sus ocho enfrentamientos previos. Motivado por tanto mal recuerdo, se convirtió en un ciclón para encadenar cuatro juegos en apenas 18 minutos (4-0) ante la impotencia de Djokovic, sorprendido por el atrevimiento que le llegaba del otro lado de la pista.
El serbio reaccionó, pero había acumulado demasiada desventaja. Logró despertar sus muñecas para lograr su primer 'break (4-2) y tuvo la ocasión para levantar la segunda rotura de servicio con 15-40 en el séptimo juego, pero Berdych lanzó varios saques incontestables que le mantuvieron a distancia de su perseguidor (5-2).
El serbio reaccionó, pero había acumulado demasiada desventaja. Logró despertar sus muñecas para lograr su primer 'break (4-2) y tuvo la ocasión para levantar la segunda rotura de servicio con 15-40 en el séptimo juego, pero Berdych lanzó varios saques incontestables que le mantuvieron a distancia de su perseguidor (5-2).
Un bonito revés paralelo confirmaba la sorpresa inicial del partido a favor del checo (6-3), muy superior en estos primeros 48 minutos al número uno mundial, en cuya estadística figuraban quince errores no forzados y tan solo tres golpes ganadores.
Djokovic mejoró e igualó el partido tras apuntarse un segundo set que se jugó a un ritmo más pausado y conveniente para sus intereses, como atestiguó el 3-0 inicial, una losa demasiado pesada para el checo, que se disolvió entre su inoperancia al servicio (47% de primer saque en el parcial) y la inaccesibilidad de su adversario al resto (ninguna bola de 'break').
El serbio cerró la manga con un juego demoledor (6-3) y el set definitivo se inició con un juego de tanteo, sólido al servicio por parte de ambos (2-2). Con su brazo convertido en un lanzamisiles toda la noche, Berdych logró una ventaja que se antojaba definitiva (4-2), pero Djokovic, justo físicamente aunque sobrado mentalmente, aprovechó el miedo a ganar de su rival, que cometió dos dobles faltas en el siguiente juego, y generó una igualdad (4-4) que se mantuvo hasta el 'tiebreak'.
Justo antes de este desempate decisivo, Berdych desperdició un punto de partido, una oportunidad única que, una vez frustrada, atenazó su mente convirtió en fragilidad lo que antes era solidez. Con el aplomo que corresponde al mejor tenista del planeta, Djokovic manejó con astucia la situación, se lanzó a por su rival (5-1) y cerró el partido.
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