sábado, 19 de noviembre de 2011

Del Bosque: "El entrenador no debe imponer; no me gusta el que está cabreado todo el día"

HABLÓ EN EL COE DE LO QUE PARA ÉL ES EL TRABAJO DE TÉCNICO DE ALTO RENDIMIENTO




Del Bosque: "El entrenador no debe imponer; no me gusta el que está cabreado todo el día"

Del Bosque en un entrenamiento (Efe).
Día de reflexión política, mañana de reflexión deportiva de la mano deVicente del Bosque. El seleccionador español de fútbol inauguró las jornadas de entrenamiento de alto rendimiento que organiza el Comité Olímpico Español y lo hizo con el cartel de 'no hay billetes' colgado de la sede del COE. A su lado, Javier Miñano, preparador físico de la selección y algo más que un ayudante del técnico campeón del mundo. 

Del Bosque mostró su método durante una hora, lo que aplica en el trabajo con los internacionales españoles y lo que para él debe ser el día a día con un grupo de élite. En su tono tranquilo habitual, el que fuera entrenador del Real Madrid dejó píldoras más que interesantes. La primera, contundente. "No vamos a estar hablando todo el día del Mundial y lo que logramos. Nos podía llevar acometer errores".

"Antes los entrenadores imponían, ahora hay que convencer. Años atrás los entrenadores decidían hasta el pan que se comía. Ahora hay un equipo al lado del técnico que decide muchas cosas. Algunos entrenadores te obligaban a estar la hora antes del partido, callado, en silencio. En estos momentos entro en el vestuario y se oye esa música ratonera que no hay quien la entienda. 

Los tiempos cambian y nos tenemos que adaptar a los jóvenes y no al revés. Recuerdo que en mi época se podía estar repitiendo un ejercicio durante una hora, imaginad... Hay que convencer, no imponer", sentencia el máximo responsable técnico de la selección española. "Antes éramos nosotros los que salíamos a copiar cómo trabajaban en Alemania, Inglaterra... Ahora son ellos los que vienen y los españoles los que salen a entrenar fuera", afirma con fotos a su espalda de Luis Aragonés, Benítez, Guardiola y Juande.

En esa filosofía de lo que debe ser un entrenador para Vicente del Bosque no entra el técnico que no delega, que se muestra irritable durante un partido. "No me gustan los que no paran durante un partido, los que no dejan de protestar, los que corren hasta el córner. Un entrenador tiene que tomar decisiones y no pueden ser buenas si llegan desde el nerviosismo, desde la protesta al árbitro.

 Así no se pueden tomar decisiones acertadas y un entrenador está para tomarlas." Sigue con su exposición: "Tampoco me gusta el seleccionador que se cruza de brazos y calla como diciendo, esto lo soluciono yo solo. Un entrenador debe trabajar con su equipo, hablar, consultar la toma de decisiones. Hay que ayudar al fútbol, no destruir a este deporte. No entiendo el entrenador que está todo el rato cabreado, como enfadado. El respeto no se gana por ahí". El nombre de Mourinho se vino a la cabeza de muchos de los que estaban en la sala o el de Emery por su puesta en escena. Del Bosque no mencionó nombre alguno.

Para Del Bosque el entrenador debe estar formado, tener criterio, ser moralmente íntegro y tener vocación como punto de partida para poder gestionar un grupo "complicado porque son jóvenes con una trascendencia, con dinero, y en el caso de la selección, todos titulares en sus clubes y doce van a ir al banquillo. A su alrededor tienen a mucha gente que influye en ellos: Hay que gestionar, escuchar, comprender. Si un grupo es un desastre, no funciona. No hay un estilo de dirección exacto. Sé que tenemos fama de ser buenos chicos, de ser permisivos pero no se puede ser permisivo, demasiado blando, porque te tragan y tampoco demasiado fuerte porque te escupen".

La base del trabajo del seleccionador está centrado en conseguir la cohesión del grupo: "Cuando llegamos no tuvimos intención alguna de borrar las huellas del pasado. Nos marcamos unos objetivos que eran casi como un sueño y con eso buscamos emocionar al jugador, tal y como hicimos el día de la final del Mundial. A la hora de gestionar el grupo intentamos ser justos,escuchar a todos por igual. Intentamos regenerar el grupo. Es vital. Ahora tenemos el reto de ganar después de ganar. Lo más complicado porque hay que evitar que se agranden, que se aburguesen. Buscamos crear un grupo duro, inteligente y unido".

Los conflictos aparecen "menos en una selección que en un club porque hay menos convivencia", afirma el seleccionador. "En una ocasión tuve a un jugador calentando durante cuarenta y cinco minutos y cuando le dije a Grande que le comentara que iba a salir, la respuesta fue contundente: 'Dile al 'hijo de puta'  del bigotes que salga él'. Lógico y bien mirado, no era justo tener a un jugador importante, internacional, calentando tanto tiempo para salir al final, pero el partido se torció. Al día siguiente me estaba esperando para pedirme perdón.

 No creo en las multas y si en la comprensión, en la flexibilidad, en la convivencia sin ceder poder". El jugador en cuestión era Morientes durante la época del Real Madrid: "Creo en las palabras y en los gestos especialmente para solucionar los conflictos. El liderazgo de los grupos llega de forma natural. Hay liderazgos malos, dañinos. Hay que tener cuidado. Los jugadores te analizan, buscan la debilidad,saben la colonia que usas, el coche que tienes".

Para terminar dejó dos sentencias de lo que para él es su trabajo y el deporte que lleva practicando durante toda su vida. "En el fútbol no se pueden dar lecciones todos los días. Escuchar es tan importante como hablar. Para mí el fútbol es la búsqueda de un resultado pero también es trasladar la ética y la buena conducta personal". Ahí queda.

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