lunes, 5 de diciembre de 2011

Cuando la condesa se creyó dueña de La Moncloa




He leído horrorizada, que no asombrada, la terrible información sobre el especial trato dispensado por la Agencia Tributaria de Aznar a Juan Abelló y su esposa Ana Gamazo Hohenloe, conde de Gamazo, íntima amiga de Ana Botella.

Ahora encajan algunas piezas en un puzle que llevo tratando de entender hace ya muchos años desde que escribí El vuelo del halcón y el sucesivo capotar de aquel protagonista, Aznar, con hechuras al más puro estilo evitaperón, y que terminó por hipnotizar a todos (sic) hasta el punto de convertirse en edecán de Murdoch.

Sinceramente, el informe publicado aquí y redactado por el inspector José María Sánchez Cortés es impecable. La condesa de Gamazo incluso alardeaba entre sus amistad “high” de tomar el té a diario en palacio con Botella en las tardes monclovitas.

En realidad, a los Aznar siempre les moló mucho –porque durante años fueron ninguneados por la “jet” financiera y empresarial del país- codearse con supermillonarios, máxime si en este caso tenían un enemigo común: Mario Conde.

Tengo la certeza que si Hacienda no metió mano a este financiero sobre el que se cuenta y no se para en los salones de Madrid (que luego no tardó ni un segundo en el 2004 en pasarse con armas y dineros al “zapaterismo” para posteriormente intentar volver al redil del PP pidiendo perdón por su aventura socialista), fue porque contó con ayuda política al máximo nivel ejecutivo.

¿No se les caerá a unos y a otros la cara de vergüenza? ¡Hacienda está llamando a contribuyentes porque no cuadran 20 euros...!

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