BATALLA ENTRE DOS GIGANTES
Un fan de Apple enseña su iPhone 4S ante la prensa
22 de enero de 1984. Estados Unidos vive pegado a los televisores el final de la Super Bowl, cuando en uno de los descansos se proyecta un anuncio que marcaría un antes y un después en el mundo de la publicidad. En él Apple anunciaba el lanzamiento del mítico Macintosh, en un spot con un mensaje cargado de intencionalidad: los de Steve Jobs dibujaban a los usuarios de IBM como aletargados e hipnotizados en un mundo sometido al régimen. El impacto fue brutal.
22 de noviembre de 2011. Samsung proyecta en las principales cadenas de televisión estadounidenses un incisivo spot en el que ridiculiza a los compradores del iPhone al tiempo que muestra las bondades de su terminal. Salvando las distancias, parece que los de Cupertino estarían probando su propia medicina. La agresiva campaña de Samsung aviva aún más la llama de la intensa batalla que ambos fabricantes mantienen en los tribunales y el movimiento estratégico podría entenderse en clave puramente comercial, pero hay más en juego. Mucho más.
22 de noviembre de 2011. Samsung proyecta en las principales cadenas de televisión estadounidenses un incisivo spot en el que ridiculiza a los compradores del iPhone al tiempo que muestra las bondades de su terminal. Salvando las distancias, parece que los de Cupertino estarían probando su propia medicina. La agresiva campaña de Samsung aviva aún más la llama de la intensa batalla que ambos fabricantes mantienen en los tribunales y el movimiento estratégico podría entenderse en clave puramente comercial, pero hay más en juego. Mucho más.
“No piensan racionalmente”
El spot es demoledor. Se escenifica una de las largas colas que los acólitos de la manzana guardan para hacerse con el recién comercializado iPhone 4S. Los fans de Apple aparecen estereotipados: jóvenes con aspecto ‘cool’, bien parecidos, pero sin criterio. De repente, uno de los componentes de la larga cola avista una joven con un móvil en sus manos. “¿Qué móvil es?”, pregunta. “Es un Samsung”, responde uno. “Yo nunca podré tener un Samsung”, contesta lacónico un futuro comprador del iPhone 4S, “soy creativo”, explica.
El spot es demoledor. Se escenifica una de las largas colas que los acólitos de la manzana guardan para hacerse con el recién comercializado iPhone 4S. Los fans de Apple aparecen estereotipados: jóvenes con aspecto ‘cool’, bien parecidos, pero sin criterio. De repente, uno de los componentes de la larga cola avista una joven con un móvil en sus manos. “¿Qué móvil es?”, pregunta. “Es un Samsung”, responde uno. “Yo nunca podré tener un Samsung”, contesta lacónico un futuro comprador del iPhone 4S, “soy creativo”, explica.
Otro dardo más en la línea de flotación de los fans de Apple. Pero hay más. Otra de las estampas refleja un diálogo entre dos integrantes de la cola: “¿Cómo van a saber mis amigos que es el nuevo si estéticamente es igual?”. Doble mensaje de los coreanos: los compradores del iPhone escogen el móvil por una cuestión de imagen y el nuevo terminal no ha sido renovado en su apartado estético, una de las principales críticas que ha recibido el 4S.
El anuncio no ha dejado frío a nadie y Samsung no se esconde. Business Insider ha entrevistado a los responsables de marketing de la firma coreana en Estados Unidos, y algunas de las respuestas tienen también su miga. Así, preguntados por qué se mofan de los compradores del iPhone, los responsables niegan la mayor, pero empeoran las cosas con respuestas incendiarias. “No nos reímos de la cultura Apple. Simplemente la gente no piensa racionalmente. Dejan que una marca les diga cómo tienen que ser”, responde Brian Wallace, director de marketing estratégico de Samsung.
Pero los coreanos luchan con algo más grande que una simple batalla de terminales. Samsung quiere dinamitar la idolatrada imagen del móvil de Apple. Una reciente encuesta ha puesto de manifiesto que el iPhone 4S es el gadget más codiciado estas Navidades en Estados Unidos. Apple mantiene viva la llama y las cifras de ventas en su único smartphone en el mercado.
El anuncio no ha dejado frío a nadie y Samsung no se esconde. Business Insider ha entrevistado a los responsables de marketing de la firma coreana en Estados Unidos, y algunas de las respuestas tienen también su miga. Así, preguntados por qué se mofan de los compradores del iPhone, los responsables niegan la mayor, pero empeoran las cosas con respuestas incendiarias. “No nos reímos de la cultura Apple. Simplemente la gente no piensa racionalmente. Dejan que una marca les diga cómo tienen que ser”, responde Brian Wallace, director de marketing estratégico de Samsung.
Pero los coreanos luchan con algo más grande que una simple batalla de terminales. Samsung quiere dinamitar la idolatrada imagen del móvil de Apple. Una reciente encuesta ha puesto de manifiesto que el iPhone 4S es el gadget más codiciado estas Navidades en Estados Unidos. Apple mantiene viva la llama y las cifras de ventas en su único smartphone en el mercado.
Entre tanto, los rivales insisten tozudamente en las cifras y el hardware como argumentos de venta ignorando el determinante aspecto emocional. “Las comparaciones técnicas entre el iPhone 4S y el Galaxy S II hablan por sí mismas”, concluye Wallace, en alusión a la superioridad técnica del terminal de Samsung.
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