Introdujo el color en su vida mediante un dispositivo electrónico insertado en su nuca que traduce los tonos en sonidos.
Tras dudas y rechazos, el Gobierno británico aceptó finalmente la foto oficial para el pasaporte con ese tercer ojo cibernético. Asumió su tesis de que ese añadido artificial forma parte ya de su organismo. Ahora, Neil está decidido a impulsar la revolución de los ciborg. Este es un encuentro muy especial con él.
Surrealista y, sobre todo, futurista. Plantea tantas preguntas, abre tantas vías, que obliga a pensar de otro modo.
Niel Harbisson, de 30 años, impulsa la revolución de los ciborgs
El tercer ojo de Harbisson es un sensor de color capaz de leer las frecuencias de luz emitidas por un color, que las traduce a sonidos por medio de un chip.
En Barcelona, Harbisson ha creado la Fundación Cyborg para promover la aplicación de la cibernética a la extensión de las capacidades humanas.
Harbisson sostiene un cuadro con la traducción inversa de las sinfonías de Mozart en colores
El pasaporte británico de Harbisson lo muestra en la foto oficial con el dispositivo electrónico en la cabeza. Aunque su petición para mostrarlo en un documento oficial fue rechazada primero, fue aceptada finalmente.
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