domingo, 15 de enero de 2012

La plantilla del Villarreal valora la experiencia como futbolista de Molina, que hoy se reencuentra con Simeone tras el doblete

"Él sabe lo que sentimos"


Molina y Simeone

Molina y Simeone, junto a Toni y Pantic, con el trofeo Carranza.-


La temporada 1995-96 perdurará para siempre en el recuerdo de la afición del Vicente Calderón. El Atlético se coronó campeón de Liga y de Copa. La portería rojiblanca quedó sellada por José Francisco Molina (1970, Valencia), que solo recibió 32 goles, proclamándose Trofeo Zamora. El centro del campo del Atlético lo comandaba El Cholo Simeone, cuyo carácter apasionado contagiaba al equipo y a la grada. Tres lustros después, Simeone y Molina se vuelven a encontrar hoy en el Calderón (12.00, Canal+ Liga), esta vez vestidos de entrenadores.




El argentino dirigiendo al club de su corazón, el Atlético, y Molina, al Villarreal, el equipo que le ha dado la oportunidad de entrenar y debutar en Primera como técnico. "Le tengo mucho cariño a Simeone y al Atlético", confiesa Molina, poco dado a expresar sentimientos públicamente. "Cuando lo veíamos por la ciudad deportiva, nos parecía tranquilo. 

Pero tiene carácter", advierte Ángel, el lateral derecho del Villarreal, sobre su nuevo entrenador. "No es parco en palabras. La imagen cara al exterior a veces no se corresponde con la que es", opina César, suplente de Diego López en la portería. "Tiene capacidad de liderazgo y, a la vez, tranquilidad", enfatiza Paquito, el exjugador del Valencia de los años setenta y uno de los ideólogos del Villarreal.

Apenas dos semanas como técnico del primer equipo y los jugadores amarillos coinciden en la radiografía a Molina. "Tiene las ideas muy claras", entiende César. Lo mismo piensa Ángel. "Es muy exigente y tiene las cosas claras". Marchena redunda en la apreciación. "Intenta transmitirnos con claridad la idea que tiene". En cuanto al juego, Molina sigue los pasos marcados por el Villarreal en los últimos años. "Obviamente dará continuidad a la filosofía propia del club. 

Es decir, el buen gusto, el tener la pelota, asociarse y asumir la responsabilidad de llevar el peso del partido e intentar ganar en cualquier lugar", explica César. "Le gusta que el equipo juegue al fútbol y que, cuando no tenga la pelota, intente recuperarla rápidamente", desmenuza Ángel. "En los entrenamientos no hay ni un segundo de respiro. Y lo mismo pretende para los partidos, como se vio ante el Valencia el domingo pasado", ejemplifica César.

En el Villarreal, todo el mundo está de acuerdo en que la larga experiencia de Molina como jugador de élite se deja notar en su impronta como entrenador, a diferencia de su antecesor, Juan Carlos Garrido, que dejó muy pronto los terrenos de juego para sentarse en los banquillos o despachos. "Primero, hay que pasar por la etapa de jugador. Esa etapa dice mucho de él. Fue internacional aunque su debut con la selección lo hizo como jugador de campo [ante Noruega, en abril de 1996], cosa que no dejó en muy buen lugar a Javier Clemente, por entonces seleccionador", matiza Paquito.

Marchena va más allá. "Sabe muy bien lo que siente el futbolista y sus inquietudes". Ángel también lo considera así. "Sabe lo que puede pasar por la cabeza de los jugadores. Lleva muchos años en el fútbol y, como jugador, ha sido campeón de Liga y Copa y también ha descendido. Ha pasado por todo tipo de situaciones", argumenta el defensa canario.

"Lo que has sido de futbolista es el reflejo de lo que haces en otras actividades", intuye César sobre Molina. Por el contrario, la relación de Garrido con el vestuario resultaba más tirante. "Tuve algunas diferencias personales con Garrido que complicaron mi situación en el equipo", denunció públicamente días atrás Joan Oriol, el lateral izquierdo que recuperó la titularidad tras la lesión de Catalá.

Según Paquito, hay otra circunstancia en favor de Molina debido a su pasado profesional. "Los porteros tienen una particularidad muy grande ya que ven nítidamente el juego de los demás". Por afinidad, en eso concuerda César: "Es cierto que vemos el fútbol de forma más pausada".

Molina así lo manifestó tras su estreno ante el Valencia. "No he estado excesivamente nervioso. La tensión es la misma en Tercera que en Primera". Maneras de entender la profesión de un líder tranquilo.


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