domingo, 15 de enero de 2012

Así es la “primera vez” de un periodista en el Vicente Calderón

José Martínez 


Nervios, carreras, algo de desorientación y frío, mucho frío. Nada que no pueda arreglar el Atlético con un partido vibrante (3-0). 



Así es la “primera vez” de un periodista en el Vicente Calderón. 


 Las once de la mañana. Pirámides escupe gente de la estación del tren y también de la garita del metro. Es el primer fin de semana realmente frío de un invierno edulcorado en Madrid. Mal día ha elegido Diego Pablo Simeone para regresar al Vicente Calderón, esta vez en el banquillo, pero esta “bendita afición” se sobrepone a todo y allí estoy yo para contarlo.

Es inevitable que, camino del Calderón, se me vengan a la cabeza las estrofas del himno del Atlético y que piense qué va a ser de esa canción tan entrañable, tan genuinamente colchonera el día que el Manzanares y la M-30 dejen paso al sueño olímpico de La Peineta. Camino esquivando gente hacia el estadio, que destaca todavía más en una mañana tan nublada como la de este domingo. Me gusta el Calderón.

Descubro el acceso de prensa y recojo mi acreditación. Hablo con un señor mayor que, dentro de una de las muchas taquillas abiertas a media hora para el partido, me dice que hay “muchas entradas” por vender. Entro por fin al campo tras muchos desvíos y me queda encontrar la zona de prensa. Pregunto un par de veces y por fin llego casi al techo del Calderón. Y sí, se confirma, no habrá lleno ante el Villarreal.

La gente aplaude al equipo infantil del Atlético de Madrid, que da la vuelta de honor al campo no sé bien por qué –la megafonía se escucha terriblemente mal-. Pero luego es el “Frente Atlético” el único que anima; el resto del campo espera dubitativo a que el juego del equipo carbure y cerque la portería de Diego López. Y en cuento empieza el encuentro, para mí ya es la misma rutina de siempre. Deliciosa rutina. 


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