miércoles, 18 de enero de 2012

Una protesta sin palabras

Tras las declaraciones de Margaret Court contra el matrimonio homosexual, Laura Robson juega en la pista que lleva su nombre recogiéndose el pelo con una cinta arco iris

 

La cinta de Robson

Robson luce una cinta arco iris durante el partido contra Jankovic.



Durante tres días, los reporteros se arremolinaron alrededor de la pista Margaret Court en el Abierto de Australia. No les interesaban los partidos... 

Les interesaba lo que pudiera pasar en la grada, cómo reaccionaría el público a las palabras de la mítica tenista que da nombre a la tercera pista en importancia del primer grande del año: Court, de 69 años y ganadora de 24 grandes, se mostró en diciembre en contra de que el matrimonio homosexual recibiera ese nombre. Las medidas de seguridad impidieron cualquier protesta, por lo que todo quedó en manos de las tenistas... Y algo hicieron las jugadoras.

La británica Laura Robson se inclinó en primera ronda ante la serbia Jankovic y jugando en esa pista con una cinta arco iris para sujetarse el pelo. Primero dijo que era una casualidad. Luego, que no tanto. "No he visto nada parecido a una protesta", dijo la británica de 17 años, negando su gesto. "He llevado la cinta porque creo en la igualdad de derechos para todos", admitió luego. "No es una protesta. Simplemente es una cinta para el pelo".

Agrupados alrededor de Facebook y otras redes sociales, miles de aficionados cuelgan en Internet sus fotos con banderas arco iris en el Abierto y piden que el nombre de la tenista desaparezca de la pista. 

El origen de esas quejas está en unas declaraciones de Court en diciembre. "La educación políticamente correcta ha escoltado con maestría a la homosexualidad desde detrás de unas puertas cerradas a estar abiertamente en la comunidad y a pedir derechos de matrimonio que no son suyos", dijo la extenista, que en 2002 hizo campaña contra la igualdad de derechos entre los matrimonios heterosexuales y homosexuales, que consideró capaces de destruir una familia. "El hecho de que el homosexual llore el 'No es nuestra culpa, nacimos así' como la causa detrás de su elección personal es motivo de preocupación".

Esas palabras provocaron inmediatamente la reacción airada de sus compañeras de profesión y la condena de la Federación australiana. Desde la legendaria Martina Navratilova ("Decir que es totalmente cerrada de cabeza en este tema es decir poco") a Rene Stubbs ("Espero una protesta con buen gusto"), llovieron las críticas. Luego, en enero, hubo unos días de silencio. Al final, el gesto de Robson. Una protesta sin palabras.

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