miércoles, 18 de enero de 2012

El mensaje ha calado


Simeone, durante un entrenamiento

Jesús Hernández  

Andan los atléticos en duda. No saben si declarar formalmente el estado de euforia o atenerse a la reciente experiencia de grandes partidos que desembocaron días después en profunda desilusión. Sin embargo, y a expensas de confirmarlo en estos dos partidos que le llegan al Atleti a domicilio, la sensación que se palpa en las cercanías del vestuario ofrece sólidos argumentos a los de la primera opción. La impresión es que el mensaje del Cholo ha calado.

Dicen que el fútbol es un estado de ánimo. Y ese está ahora por las nubes gracias al Simeone motivador. Consciente de las limitadas teclas que tienen los entrenadores para mejorar en el aspecto técnico y táctico a sus pupilos, su atención ha ido encaminada a levantar a cada uno de sus hombres. Se ha notado ya sobre el campo.

Por lo que sea, Manzano no acabó de conectar con ellos. Lo de Simeone es otra historia. Sus pupilos saben que el argentino las ha visto de todos los colores como jugador, ha pasado por todas las experiencias posibles, controla de lo que habla en cada momento e incluso lo que pueden pensar ellos mismos en cada situación. 

Tiene prestigio y está arropado por la afición de una forma sólo comparable a la de Guardiola en el Camp Nou o Mourinho en el Bernabéu. Los jugadores no le discuten y no ponen en tela de juicio sus palabras. Están ciegamente convencidos de que su idea es la que vale para alcanzar la Champions y son conscientes también de que apartará al que se salga de la línea establecida. De momento, ninguno. Creen en su mensaje. Y ese es el primer paso hacia el éxito.

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