El máximo organismo de la justicia deportiva decide imponer la pena máxima al corredor madrileño, después de un interminable proceso que ha durado 18 meses. El campeón español perderá el Tour de Francia de 2010 y todos los resultados cosechados en 2011.
Contador podrá volver a la competición el próximo 6 de agosto.
Tras año y medio de lucha desesperada por demostrar su inocencia, Alberto Contador finalmente tiene que acatar la máxima sanción posible (dos años) impuesta por la justicia deportiva. El Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) ha hecho pública esta mañana, a las doce del mediodía, la sentencia definitiva derivada del positivo por clembuterol detectado en la orina del corredor en el pasado Tour de Francia 2010.
En la sentencia se incide en que el dopaje no ha podido ser comprobado totalmente de manera científica. El jurado del caso, compuesto por tres letrados y un árbitro de corte imparcial, responsabilidad que recayó en el israelí Efraim Barak, ha acatado las teorías de la acusación AMA-UCI y la legislación del Código Mundial Antidopaje, que sanciona con dos años la presencia de cualquier rastro de clembuterol, un sustancia que puede servir como máscara de autotransfusiones que enriquezcan la propia sangre en el organismo del deportista.
El TAS no ha podido comprobar al cien por cien la práctica dopante, pero acata la legislación al respecto
La defensa del corredor, que basaba la presencia de la sustancia en una contaminación alimenticia involuntaria, provocada por la ingesta de carne de vacuno española engordada ilegalmente con el mencionado anabolizante, no ha sido tomada en cuenta ni de forma parcial por, según relata la sentencia, la nula presencia de este tipo de sustancias en el ganado español.
Serán, por lo tanto, dos años de suspensión con efecto retroactivo, de los cuales sólo le quedan seis meses por cumplir, por lo que podrá volver a la competición el 6 de agosto de este año.
Por otro lado, Contador será desposeído de todos sus triunfos desde el momento en que dio positivo, es decir, desde el 21 de julio de 2010, por lo que las victorias del Tour de Francia de esa edición y el Giro de Italia de 2011, irán a parar a los segundos clasificados en cuestión: Andy Schleck y Michele Scarponi, respectivamente.
Las victorias en vueltas de una semana, como la Volta a Catalunya o la Vuelta a Murcia, además del subcampeonato de España, conquistados todos en la pasada temporada, se eliminan oficialmente del palmarés del corredor de Saxo Bank.
Además de este tremendo mazazo profesional, el madrileño tendrá que asumir una multa equivalente a su actividad como ciclista liberado por la Federación Española de Ciclismo, que le declaró inocente en febrero de 2011, ascendiendo a un montante de 2,8 millones de euros, aproximadamente, aunque esta última demanda, solicitada por la UCI, no es aún definitiva y tendrá que ser confirmada y ratificada por el TAS.
La retroactividad de la sanción puede determinar la retirada o no del corredor español
Alberto Contador o su entorno aún no se ha pronunciado sobre la sentencia. Hay que recordar que, al conocer su positivo y su propuesta de sanción, el desde ahora bicampeón del Tour de Francia afirmó que se plantearía la retirada del profesionalismo en caso de ser declarado culpable, aunque la retroactividad de la sanción puede favorecer el regreso del pinteño en el mes de agosto.
Tampoco se sabe si se recurrirá la decisión en los tribunales suizos, los únicos competentes para desestimar las sentencias del TAS, aunque de recurrirse el proceso se alargaría muchísimo más y habría pocas posibilidades jurídicas de revocar un veredicto del órgano supremo en materia de litigios deportivos.
Es, dejando a un lado los detalles de la dura sanción, otro golpe duro para el ciclismo nacional e internacional. El castigo impuesto al último gran campeón del ciclismo moderno influirá, ya sea para bien o para mal, en el futuro de un deporte mítico que quiere quitarse para siempre, a base de sanciones ejemplarizantes, el duro lastre del dopaje para estar libre de toda sospecha.
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