El sacerdote condenado a diez años de prisión por abusar de una niña durante casi una década vive en una casa cedida por la diócesis de Reig Plà desde que le concedieron el régimen abierto
Imagen de archivo de José Martín de la Peña.-
El obispo de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig Plà, el mismo que ha aprovechado la misa de viernes santo para recriminar en TVE el aborto y a los gays, consiente que la diócesis que preside y que dispensa manuales para curar la homosexualidad (consulta aquí el texto),
que asegura conduce al infierno, financie la vivienda de un cura
condenado por abusar sexualmente de una niña durante casi una década.
Se
trata de José Martín de la Peña, para quien la Audiencia Provincial de
Madrid dictó una pena de 10 años de prisión y ocho de inhabilitación, ratificada en 2005 por el Tribunal Supremo, y que actualmente continúa cumpliendo la sentencia en régimen abierto.
Los
hechos se remontan a 1978, cuando De la Peña trabajaba en el Tribunal
Eclesiástico de la calle Pasa en Madrid y, tras ayudar a la madre de la
niña de la que luego abusaría con los trámites para la nulidad
matrimonial, se trasladó a la vivienda de la mujer, alquilando una
habitación por la que pagaba 40.000 pesetas al mes con las que ayudaba
en la economía de la familia, con la que había surgido una relación de
amistad.
Entonces la niña tenía 4 años y hasta que cumplió los 13 las violaciones se acompañaron de claras intimidaciones -le decía que la arrojaría al Metro
o en medio de la calzada- para evitar que le delatara. Lo hizo 1997,
cuando con 18 años ya había denunciado al clérigo por las intimidaciones
que enviaba con frecuencia a la familia y por las que también había
sido condenado.
El sacerdote nunca reconoció los hechos y los atribuyó a que la joven era una psicótica y su madre estaba enamorada de él
El
sacerdote, que nunca reconoció los hechos, alegando que la joven era
una psicótica y su madre estaba enamora de él, obtuvo el tercer grado en
2010 y, desde ese momento, la diócesis de Alcalá, con Reig Plà al
frente, le cedió un hogar en los que puede residir en los periodos que sale de prisión.
Aunque
el obispo pidió perdón por lo que consideró unos "delitos repugnantes",
no mostró empacho alguno por la gracia ofrecida al pederasta: "Como a
todos sacerdotes, y atendiendo particularmente a la avanzada edad de
don José Martín de la Peña, una persona ya octogenaria -en 2003 tenía
74 años-, el Obispado le facilitó una vivienda", explicó Reig Plà,
quien aseguró que el caso se puso en conocimiento de la Congregación para la Doctrina de la Fe, la encargada de tutelar la correcta aplicación de la doctrina católica dentro de la Iglesia.
En
sus declaraciones, la joven confesó que el violador, que continúa
siendo sacerdote en ausencia de un fallo contrario por parte de Roma,
se reía muchísimo de ella, le golpeaba y la insultaba. "Siempre me decía
que lo que hacíamos era un pecado y que yo tenía la culpa porque le provocaba",
dijo en el Tribunal que dictó que Martín de la Peña le infligió
"innumerables tocamientos lúbricos".
Aunque la chica declaró haber
sufrido penetraciones anales y vaginales en múltiples ocasiones y los
informes ginecológicos detectaron un vaginismo muy severo, no pudieron
probarse, debido a que no detectaron cicatrices que avalaran la
existencia de esas violaciones.
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