miércoles, 7 de marzo de 2012

España autoriza el envío a Suecia de un cargamento altamente radiactivo

El viaje de la muestra de combustible de Almaraz está asegurado en 300 millones de euros


Sala de turbinas de la nuclear de Almaraz (Cáceres).


El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha autorizado el envío de una muestra de combustible nuclear gastado desde la nuclear de Almaraz (Cáceres) hasta el centro de experimentación Studsvik Nuclear AB en Nykoping (al sureste de Suecia). Este cargamento, cuya fecha y trayecto es confidencial, está asegurado en 300 millones de euros, después de que el CSN aprobara una rebaja desde los 700 millones de máximo legal.
Cuando abra el almacén nuclear de Villar de Cañas (Cuenca), los transportes de combustible nuclear de alta actividad será algo frecuente en España. 

Pero hasta entonces, los envíos, confidenciales y custodiados por la Guardia Civil, son muy esporádicos. En 2009, hubo otros dos cargamentos que fueron a Suecia (uno partió de Almaraz y otro de Vandellòs II) y en 2007, otro hacia Bélgica. Desde que en 1989 terminó el envío de los desechos de Vandellòs I, estos desplazamientos al extranjero han sido muy escasos. Antes sí se enviaba combustible nuclear de Garoña al Reino Unido.

En el último caso fueron 10 varillas de combustible gastado, en un contenedor que viajó por carretera. 

El transporte corre a cargo de ETSA, una filial de la empresa pública Enusa, la que ensambla el combustible para las nucleares españolas. Según la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa), el contenedor para este tipo de desechos es un “cilindro de acero con diferentes tipos de blindajes” que resiste una caída libre desde nueve metros de altura, la cáida desde un metro sobre un punzón de acero y la resistencia al fuego a 800 grados durante media hora. Enresa afirma en su web que en “el mundo se han realizado más de 30 millones de kilómetros de transportes de residuos de alta actividad” sin un “incidente radiológico alguno."

El combustible irá a Suecia para “un programa de investigación sobre el alto quemado del combustible nuclear en el que participa España, cuya finalidad es tanto la investigación como su gestión final como residuo”, según el acta del pleno del CSN que el pasado 22 de febrero autorizó el envío.

En ese pleno, los cinco consejeros acordaron también “informar favorablemente la reducción de la cobertura de responsabilidad civil por daños nucleares” hasta los 300 millones.

Ni Almaraz ni Enusa dieron ayer detalles del proyecto. ETSA alegó que todo lo relacionado con el cargamento es confidencial. Almaraz forma una agrupación empresarial con la nuclear de Trillo (Guadalajara). Iberdrola tiene el 52% y Endesa el 23,3%.

La planta está inmersa en un proyecto de investigación para alargar la vida del combustible en el reactor. Si lo normal es realizar una recarga cada año y medio, la planta pretende alargar ese plazo.

Las varillas enviadas a Suecia presumiblemente han estado dentro del reactor de la nuclear española mucho más tiempo del previsto y ahora en Suecia analizarán cómo ha reaccionado el uranio y la vaina que contiene la barra de combustible. El viaje por carretera de Cáceres a Nykoping supera los 3.200 kilómetros. Entre Francia y Alemania sí son frecuentes las protestas contra los trenes nucleares.

Francisco Castejón, de Ecologistas en Acción, explica: “Están haciendo pruebas de quemado del uranio para ver si la vaina y el combustible pueden soportar sin fracturarse”. Castejón afirma que al estar más tiempo en el reactor, “el grado de radiotoxicidad de estos elementos es mayor”.

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