“La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.” Preámbulo de la Constitución de la Organización Mundial de la Salud. Si esto es así, ¿por qué tantas veces nos olvidamos de lo que va más allá de la pura medicina? Por eso es bueno que haya gente como Juegaterapia o como Conker Cáncer para atender las necesidades que la instituciones sanitarias dejan huérfanas.
Mónica Esteban tenía en su casa un consola PSP que nadie utilizaba. A través de una pequeña cadena de favores se enteró de que un chaval con cáncer ingresado en el Hospital San Rafael estaba pasando un mal rato y que seguramente jugar le ayudaría a llevar mejor la enfermedad. Empaquetó la consola, añadió unos dibujos de sus hijos de 4 y 2 años, y la envió. Al día siguiente recibió una llamada de la madre del chico: sonreía, estaba feliz.
Así nació Juegaterapia, una organización que ya ha conseguido reunir y repartir consolas en las plantas de oncología pediátrica de todos los hospitales españoles: más de 300 unidades. Porque, como reza su eslogan, “La quimio jugando se pasa volando”.
Juegaterapia es una de esas iniciativas que nace y crece, crece y crece. Y en todo ello ha tenido mucho que ver internet. En la red, la iniciativa ha contagiado solidaridad y buen rollo, decenas de personas ofreciendo sus consolas y su apoyo.
Es un proyecto claro, sencillo y en el que es fácil de entender el beneficio. También ha ayudado la red de contactos de Mónica, publicitaria con muchos años de experiencia, y la pasión de todos los voluntarios del proyecto. ¿Se imaginaba Mónica semejante éxito?
Nunca, nunca, nunca, hubiera podido imaginar semejante éxito. Si pensé que iba a funcionar, porque enseguida me di cuenta de que la gente tenía consolas en casa que no utilizaba por haberse comprado una nueva. Pero no que nos llegarían tantas! A veces nos sentimos muy desbordadas por el éxito, pero en cuanto vemos la sonrisa de un niño al recibir una consola, se nos pasa.
Ahora, la organización está diseñando su personalidad, su presente y su futuro.
Los planes, a medio plazo, pasan por conseguir un almacén en condiciones para poder
organizar más rápido todo lo que nos llega a diario. (Alguien nos cede uno, porfa?)
Conseguir financiación para poder contratar a la gente (nadie cobra y todos trabajan full time)
Con eso resuelto, poner en marcha un montón de planes para seguir haciendo más llevadera la vida de los niños en los hospitales.
Tenemos muchos proyectos y todos con nuestra filosofía de Happy Hospitals. Para empezar, acabar con el sistema de pago de televisiones y dotar de consolas a todos los niños enfermos de cáncer o trasplantados, aquí y en todo el mundo.
Bien, cientos de niños con cáncer en España ya pueden jugar y pasar entretenidos muchas horas. Ahora, ¿qué hacemos para que mejore su bienestar emocional, para que se sientan más cómodos, más reconfortados?
Alguna vez has pensado a qué o quién has pasado más horas de tu vida abrazado. Yo te lo digo: a tu almohada. ¿Por qué no cambiar la clásica funda de almohada blanca, aséptica, fría, áspera, por otra cálida, colorida, alegre, estimulante?
Eso es lo que pensó Cindy Kerr en 2002 cuando Ryan, su hijo de 12 años, enfermó de cáncer de hueso. Primero fabricó una para él, luego para todo el hospital pediátrico de Filadelfía. Hoy, 10 años después, cientos de voluntarios de ConKerr Cancer han producido y entregado más de 430.000 fundas de almohada para hospitales de todo Estados Unidos.
Inspirados por Ryan (que en el 2008 perdió la batalla final contra la enfermedad), la organización ha ampliado su radio de influencia y ya trabaja en Canadá, en Sudáfrica y en Oxford. En la ciudad inglesa, el proyecto está promovido, curiosamente, por una española: Sylvia Rueda, una ingeniera valenciana de telecomunicaciones. En su blog, entre otras cosas, nos cuenta su colaboración con ConKeer Cáncer.
Ahora solo falta que, igual que Mónica con Juegaterapia, alguien apasionado impulse el proyecto de ConKeer Cáncer en España. ¿algún voluntario?
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