Domenico Pozzovivo, diminuto escalador de 1,65 de altura y 52 kilos de peso, fue el único valiente que se atrevió a desafiar el ritmo que impuso Sylvester Szmyd para su líder, Ivan Basso, en la subida al Lago Laceno. "Igual soy demasiado pequeño para pensar a lo grande", dijo tras conseguir su primer triunfo en el Giro.
Joaquín Purito Rodríguez, otro menudo corredor de 1,69 y 55 kg, tiene una mentalidad muy diferente a la del italiano: "Sueño con lo máximo. ¿Por qué no con ganar esta carrera?". Las aspiraciones de Purito se conservan intactas después de haberse completado la primera semana de competición. Va segundo, a nueve segundos de la maglia rosa, el espigado canadiense Ryder Hesjedal (1,89).
Purito ha cimentado sus excelentes prestaciones, curiosamente, en una disciplina que odia: la contrarreloj. "Las eliminaría de todos los recorridos", ha llegado a afirmar. Sin embargo, en el prólogo de Herning sólo le superaron, entre los favoritos, Roman Kreuziger y Basso.
En la crono por equipos de Verona, el Katusha asestó un golpe considerable a todos los rivales del catalán, ya que logró el segundo mejor tiempo, tras el Garmin de Hesjedal. En las jornadas de montaña disputadas este fin de semana, Quim ha cubierto el expediente en dos ascensiones no excesivamente exigentes: acabó cuarto en Rocca di Cambio, y ayer tercero, así que sumó ocho segundos de bonificación. Lo suficiente para ampliar un poco más la ventaja que atesora sobre sus rivales.
A Beñat Intxausti sólo le superó Pozzovivo en el Lago Laceno. Arrancó un kilómetro más tarde, y por eso no le echó el guante: "De ganar a quedar segundo hay mucho, pero estoy contento porque el día marchó muy bien". Quizá le falte un punto de ambición, la que derrocha Purito, la que tampoco demostró Pozzovivo en rueda de prensa. No obstante, Intxausti también derrocha talento, y ya va quinto de la general, a 35 segundos de Hesjedal, empatado con Kreuziger: los dos son socios de generación, de 1986, y foco de grandes esperanzas. Aunque ambos deben dar un salto de calidad en una grande.
Hoy comienza la segunda semana del Giro, en la que el pelotón afrontará tres finales en alto: Asís (mañana), Cervinia (sábado) y Lecco (domingo). Purito e Intxausti disfrutan de una cómoda posición, y de una renta que tendrán que ampliar y saber gestionar. Todavía faltan los Dolomitas y la contrarreloj de Milán. Pero, de momento, la maglia rosa está a tiro. Basso, Scarponi y Frank Schleck, detrás de ellos. La ronda italiana se presenta abierta y apasionante
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