Esta semana debía empezar a operar un enorme proyecto minero en la provincia argentina de La Rioja, en el noroeste del país, pero la protesta que llevan a cabo los residentes de un pequeño pueblo provincial ha paralizado la millonaria iniciativa.
Muchos ambientalistas dicen que la extracción de minerales a cielo abierto es dañina para el ecosistema.
Cientos de los casi 7.000 habitantes de Famatina mantienen desde comienzos de año cerrado el acceso a la cadena montañosa que lleva el nombre del poblado, donde la empresa canadiense Osisko Mining Corporation planea instalar una mina de oro a cielo abierto.
Según los pobladores -y muchos ambientalistas- esta forma de extracción es dañina para el ecosistema porque requiere enormes cantidades de agua, un bien escaso en la zona, donde hay extrema sequedad.
Karina Quispe, de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) dijo a BBC Mundo que la minería a cielo abierto también utiliza sustancias peligrosas, como el cianuro, que generan contaminación.
Además, los ecologistas y los pobladores advierten sobre la contaminación visual y auditiva que provoca esta forma de explotación.
Sin embargo, las mineras, como Osisko Mining Corporation, niegan estos daños y relativizan el impacto de su actividad.
Damián Altgelt, gerente general de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM), dijo a BBC Mundo que esa industria utiliza menos del 5% de la cantidad de agua que emplea el sector agropecuario y aseguró que las nuevas tecnologías previenen la contaminación.
Altgelt afirmó además que el 90% del agua que se utiliza para la minería se recicla.
Actividad en alza
Quienes apoyan la actividad minera sostienen que estos emprendimientos traen enormes riquezas y puestos de trabajo para las provincias donde se realiza la extracción.
Así lo cree el gobernador de La Rioja, Luis Beder Herrera, quien firmó el convenio con Osisko Mining Corporation para habilitar la mina a cielo abierto en Famatina.
Sin embargo, el intendente de ese poblado, Ismael Bordagaray -quien al igual que Beder Herrera adhiere al oficialista Frente para la Victoria- está en contra, a tal punto que encabeza la protesta al pie del cerro.
"El gobernador Beder Herrera tiene que escuchar a los ciudadanos afectados", exigió el intendente.
Esta no es la primera vez que este pequeño pueblo se enfrenta con la llamada "megaminería". En 2006 una protesta similar logró expulsar a otra empresa canadiense, Barrick Gold, la minera dedicada a la extracción de oro a cielo abierto más grande del mundo.
Famatina tampoco es el único poblado que se ha alzado contra la minería a cielo abierto. Habitantes de Catamarca, Jujuy, Neuquén, Salta, San Juan y Santa Cruz también se han manifestado contra esta actividad.
Pero a pesar del malestar social y las protestas de los ambientalistas, lo cierto es que la minería ha ido en alza durante los últimos años en Argentina.
Según datos de la Secretaría de Minería, en los últimos diez años el número de proyectos mineros creció en más de un 900% en el país, mientras que las inversiones en el sector aumentaron en más del 1.100%.
El principal crecimiento se dio en la explotación de oro, plata y cobre.
De acuerdo con la CAEM, para 2020 Argentina podría convertirse en uno de los tres primeros productores mundiales de plata, uno de los cinco principales productores de cobre y uno de los seis mayores productores de oro, además de encabezar la producción de litio, potasio y boratos.
Ley de Glaciares
Algunos creían que la "fiebre minera" podría llegar a su fin a partir de la aprobación de la llamada Ley de Glaciares, una norma sancionada por el Congreso en septiembre de 2010, que limita la actividad minera en las zonas de los hielos.
Sin embargo, la puesta en práctica de esta legislación ha sido tan lenta que algunos acusan al gobierno de estar aplicando un "veto silencioso" para que la medida no prospere.
La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, había vetado una ley similar en 2008, suscitando críticas de que mantenía un pacto para favorecer a Barrick Gold, pero en 2010 no volvió a rechazar la nueva legislación.
No obstante, evitó promulgar la ley, que quedó efectivizada de hecho cuando se cumplió el plazo máximo legal, el 28 de octubre de 2010.
Recién en marzo de 2011 la norma fue reglamentada por el Ejecutivo, algo que retrasó el primer paso de la ley: realizar un Inventario Nacional de Glaciares, cosa que sólo puede hacerse durante los meses del verano austral.
Casi un año más tarde, a pesar del arribo de un nuevo período estival, aún no ha comenzado el trabajo en la mayoría de las provincias mineras del país.
Sin embargo, uno de los responsables de llevar a cabo el inventario, el geógrafo Pierre Pitte, del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (Ianigla) -el organismo estatal responsable del trabajo- aseguró a BBC Mundo que la tarea ya ha comenzado.
"La primera fase es la más lenta, pero creemos que completaremos el inventario para 2015, como estipula la Ley de Glaciares", dijo el experto.
Más minería a cielo abierto
Para los impulsores de la Ley de Glaciares, las demoras para implementar la norma buscan ganar tiempo para que proyectos controvertidos como el de Famatina puedan seguir avanzando.
La explotación a cielo abierto que se planea en La Rioja no es la más polémica del país: el yacimiento más grande de este tipo está en San Juan, en el occidente, donde opera el proyecto Pascua Lama, de Barrick Gold, que también involucra a Chile.
Sin embargo, seis provincias prohíben la minería a cielo abierto: Córdoba, Chubut, La Pampa, Mendoza, San Luis y Tucumán.
La provincia patagónica de Río Negro también vedaba esta actividad pero en diciembre pasado derogó esa prohibición, algo que, para los ambientalistas, es señal de que esta actividad seguirá prosperando.
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