- Un pormenorizado estudio revela que murió de forma violenta en Roma
- Contardice la versión de que habría fallecido en Toscana
- Los autores habrían sido los caballeros de Malta con el beneplácito vaticano
Retrato de Caravaggio, de Ottavio Leoni. Y uno de sus cuadros más conocidos, ’Salomé con cabeza de San Juan Bautista’ (Autorretrato)
Caravaggio manejó como nadie la oscuridad en sus obras y murió de una manera sombría aún no aclarada.
Como
colofón al cuarto centenario de su muerte, uno de los mayores expertos
del artista lombardo, el profesor Vincenzo Pacelli ha realizado un
pormenorizado estudio de los últimos días de Caravaggio y ha llegado a
la conclusión de que Michaelangelo Merisi murió asesinado y víctima de
un crimen de estado.
La agencia ANSA adelanta algunos datos de
este trabajo realizado por un equipo de 18 personas entre restauradores,
historiadores, médicos, y radiólogos.
Con este trabajo se
desmiente que los restos óseos encontrados hace unos meses en Porto
Ercole pertenezcan a Michelangelo Merisi.
El profesor Pacelli asegura que Caravaggio murió en Palo, a pocos kilómetros de Roma y nunca llegó a Porto Ercole. De hecho, en julio de 1610 se embarcó en Nápoles para dirigirse a Roma. En la singladura llevaba consigo tres telas destinadas al cardenal Scipione que debía ayudarlo a obtener el perdón papal.
Pero
Caravaggio nunca llegó a Roma. El profesor Pacelli ha descubierto unas
cartas entre el Nuncio y el secretario de estado en las que se habla de
la muerte del pintor en Porto Ercole, en Toscana.
Pero todo eso no es más que una cortina de humo porque otra carta del médico de Caravaggio habla de la muerte violenta del artista cerca de Roma.
En
este trabajo se señala a los caballeros de la Orden de Malta como los
ejecutores del pintor maldito por la ofensa realizada a un caballero.
Además, ese crimen contó con el consenso tácito de la Curia romana.
El
profesor Pacelli concluye que se ha construido un mundo de mentiras
para cubrir el asesinato de un hombre incómodo, que ponía en discusión
los dogmas de la iglesia y que no esgrimía ningún decoro en sus relaciones sociales.
El
virrey de Napoles, el cardenal Scipione y la ultima en hospedar al
pintor, Constanza Sforza, son sospechosos de participar en el crimen del
maestro de los destellos dentro de un mundo tenebroso.
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