Desde Dubai, donde se encuentra entrenando al Al-Ahli, Quique Sánchez Flores repasó su paso por el Atlético de Madrid en una entrevista concedida a la agencia DPA. El técnico madrileño valoró positivamente el trabajo realizado en la ribera del Manzanares y admitió que el enfrentamiento con Forlán dejó heridas y afectó al vestuario.
"Cuando uno se va y la afición le despide bien, el trabajo está cumplido. Si encima has dejado títulos en el club, las cosas están más que bien hechas. Te vas, haces las cuentas y te salen positivas, dejas al equipo en la Europa League, con dos títulos y tres finales. Creo que hay poco más que decir", resumió Quique Sánchez Flores cuando hizo balance de su paso por el Atlético, un club del que afirmó no haber salido mal: "A mí me ha hecho muy feliz, tiene una masa social cariñosa", dijo.
De lo que guarda peores recuerdos es de su segundo año en el Calderón, marcado por la disputa con una de las estrellas del equipo, Diego Forlán, que al final de la temporada también abandonaría el club, al igual que el entrenador. "Fue una temporada difícil, porque hubo un asunto que se encasquilló, se encalló y eso dejó heridas", admitió el técnico, quien añadió que "emocionalmente, a un vestuario le puede perjudicar que un entrenador y un jugador no tengan una buena relación, sobre todo cuando es un entrenador al que le gusta imponer y el jugador es importantísimo, como era Diego. Puede resultar incómodo".
Para Quique, el principal problema fue que el uruguayo no respondió a las expectativas que crea un futbolista de su calidad: "Cuando uno sabe que un jugador tiene un nivel, tiene la obligación de exigirle. Lo que pasa es que la exigencia a veces es incómoda. Cuando conozco el nivel de los futbolistas quiero que estén a su nivel y cuando no hay respuesta me suelo enfadar", señaló.
El entrenador del Al-Ahli, sin embargo, sólo tuvobuenas palabras para otro que fuera su pupilo, el delantero argentino del Manchester City, Sergio Agüero: "Le queda recorrido, maduró mucho en el último año en el Atlético, hablé con él poco pero suficiente para que cambiara. Cambió su modo de entrenar y eso le llevó a otro nivel, al nivel de poder conseguir 20 goles. No tiene techo, es imposible saber adonde va a llegar", concluyó el madrileño
Quique Sánchez Flores también se refirió a la actualidad del conjunto rojiblanco, al que sigue de cerca siempre que tiene ocasión desde Dubai. Para el preparador madrileño, la llegada de Simeone le ha venido bien al equipo. "El Cholo parte de una defensa muy agresiva y por ahí está muy seguro en lo que hace", dijo un Quique que comparó el estilo del argentino con el de su conjunto: "Nuestro equipo era estructurado, pero combinaba más el fútbol de ataque con el de defensa", aseguró el técnico del Al-Ahli.
"Cuando uno se va y la afición le despide bien, el trabajo está cumplido. Si encima has dejado títulos en el club, las cosas están más que bien hechas. Te vas, haces las cuentas y te salen positivas, dejas al equipo en la Europa League, con dos títulos y tres finales. Creo que hay poco más que decir", resumió Quique Sánchez Flores cuando hizo balance de su paso por el Atlético, un club del que afirmó no haber salido mal: "A mí me ha hecho muy feliz, tiene una masa social cariñosa", dijo.
De lo que guarda peores recuerdos es de su segundo año en el Calderón, marcado por la disputa con una de las estrellas del equipo, Diego Forlán, que al final de la temporada también abandonaría el club, al igual que el entrenador. "Fue una temporada difícil, porque hubo un asunto que se encasquilló, se encalló y eso dejó heridas", admitió el técnico, quien añadió que "emocionalmente, a un vestuario le puede perjudicar que un entrenador y un jugador no tengan una buena relación, sobre todo cuando es un entrenador al que le gusta imponer y el jugador es importantísimo, como era Diego. Puede resultar incómodo".
Sin la exigencia adecuada
Para Quique, el principal problema fue que el uruguayo no respondió a las expectativas que crea un futbolista de su calidad: "Cuando uno sabe que un jugador tiene un nivel, tiene la obligación de exigirle. Lo que pasa es que la exigencia a veces es incómoda. Cuando conozco el nivel de los futbolistas quiero que estén a su nivel y cuando no hay respuesta me suelo enfadar", señaló.
El entrenador del Al-Ahli, sin embargo, sólo tuvobuenas palabras para otro que fuera su pupilo, el delantero argentino del Manchester City, Sergio Agüero: "Le queda recorrido, maduró mucho en el último año en el Atlético, hablé con él poco pero suficiente para que cambiara. Cambió su modo de entrenar y eso le llevó a otro nivel, al nivel de poder conseguir 20 goles. No tiene techo, es imposible saber adonde va a llegar", concluyó el madrileño
Quique Sánchez Flores también se refirió a la actualidad del conjunto rojiblanco, al que sigue de cerca siempre que tiene ocasión desde Dubai. Para el preparador madrileño, la llegada de Simeone le ha venido bien al equipo. "El Cholo parte de una defensa muy agresiva y por ahí está muy seguro en lo que hace", dijo un Quique que comparó el estilo del argentino con el de su conjunto: "Nuestro equipo era estructurado, pero combinaba más el fútbol de ataque con el de defensa", aseguró el técnico del Al-Ahli.
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