"Estoy aterrorizada, no puedo explicar el pánico de la gente saliendo de todos lados, han caído trozos de edificios antiguos, algo impresionante". Así relata su experiencia Isabel Gorris, española que vive y trabaja en Módena, una de las ciudades más cercanas al epicentro del terremoto que este martes ha sacudido Italia.
En el momento del seismo, Gorris se dirigía en coche al Instituto Sacro Cuore, donde es responsable del curso de lengua española, y que ha sido evacuado. "Me han arrollado, había gente sentada en el suelo y llorando".
La española vive en un edificio antiguo del centro histórico de la ciudad. "He regresado a casa a ver cómo estaba pero no me he atrevido a subir", explica.
En Módena también sintieron el terremoto del día 20, pero no había nadie en la calle. "Hoy la ciudad estaba activa", explica Isabel. "Protección Civil tendría que avisar, porque lo peor es el pánico. No hay información sobre qué hacer", dice esta profesora.
"He salido de la ciudad. Estaba pensando cogerme un avión y volverme a España", confiesa.
"Todo se ha empezado a mover y hemos salido por patas"
"Serían las ocho y media cuando estábamos en la recepción del hotel. Todo se ha empezado a mover y hemos salido por patas", explica por su parte Carlos Muñiz, que se encontraba en Piove di Sacco, a 20km de Padua y unos 200km de Bolonia, como parte de un grupo de españoles que visitaban por motivos de trabajo un polígono industrial de la localidad. El grupo ha abandonado el hotel en el que se encontraba cuando ha sentido el temblor.
"El instinto es lo que te pide, salir corriendo", añade. "Precisamente esta mañana en la habitación del hotel estaba viendo en televisión la entrevista a un sismólogo, hablando del terremoto anterior", recuerda Carlos.
La escuela local también ha sido desalojada, según explica. "Al principio ha sido un temblor suave, hasta que ha empezado a coger movimiento. Todo se ha empezado a mover mucho y nos hemos quedado todos locos".
"Se ha oído un 'bang', me estaba afeitando y he salido corriendo, no estaba completamente vestido, pero me he ido a mi otra casa, pero me preocupa un poco entrar y ver en qué estado se encuentra", ha contado a la agencia Reuters un habitante de San Agostino.
Otra vecina de la localidad asegura que este segundo temblor ha sido "más fuerte y más largo" que el del día 20. "La gente tendrá más miedo", ha declarado un tercer vecino.
Tranquilidad en el Instituto Cervantes de Milán
En el Instituto Cervantes de Milán, por el contrario, no se ha notado tanto. "Nos hemos levantado un poco y enseguida hemos vuelto al trabajo, estamos acostumbrados", explica por teléfono Jorge Rodríguez, quien trabaja en la administración.
El Instituto, situado en un edificio bajo de Vía Dante, ha vibrado, pero no ha tenido que ser desalojado. El personal de oficinas cercanas sí ha salido a la calle.
"En Milán los terremotos no se notan tanto por el tipo de terreno, y aquí por fortuna no ha pasado nada", añade Rodríguez.
Tampoco en Florencia el movimiento ha sido importante. Según Rafael, trabajador del restaurante "Salamanca" de la ciudad toscana, "se mecieron puertas y lámparas, en unos sitios más que en otros".
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