Pronto empezamos este año. Apenas salimos de la Semana Santa, llevamos cuatro carreras, acabamos de pisar Europa y ya estamos liados con los triles y chanchullos de carreristas. En un Mundial sólo hay una cosa peor que dirigir un equipo bajo presión y con problemas, y es dirigir un equipo bajo presión, con problemas y tener un piloto permanentemente con el culo apretao.
Hay dos tipos de carreristas: los que se crecen ante la adversidad, sacan pecho, y con frecuencia beneficios, por ejemplo, Schumacher. Y los que se reconcentran y decrecen para atascarse donde nos atascaríamos la mayoría. Ejemplo: Felipe Massa.
Felipe vivía en una cómoda situación en segundo plano en el que Schumacher, y más tarde Kimi, era el encargado de llevarse los palos frontales. Felipe cumplía debidamente con su papel de escudero y aunque estuvo a punto de ser Campeón del Mundo en 2008, pero sin ser un megacrack, es (o era) un correcto segundo piloto para un buen equipo.
A cuenta de su escaso rendimiento el problema ahora es doble en Maranello. Ferrari lleva demasiado tiempo sin llevar nada a las vitrinas de su sala de trofeos y Montezemolo, los tifosi y los-que-ponen-la-pasta empiezan a impacientarse. Ferrari desmintió una charla que se rumorea hubo el año pasado entre Emilio Botín y un responsable del equipo, cuando era visible que el piloto corría… pero el coche no. Lo de este año es aún peor.
Numéricamente y a nivel puntos, el descalabro encarnado pinta mucho mejor de lo que se ve por la tele, y el de Oviedo se jalea ante las mejoras venideras a su extraterrestre F2012. Seguramente en Maranello sepan como hacer crecer su monoplaza; siempre ha sido así y es probablemente junto con McLaren la formación que mejor evoluciona sus bólidos durante la temporada.
El Ferrari mejorará, pero la pregunta es otra: ¿lo suficiente como para poder pelear por el título de este año? Entre las pruebas de Mugello y la carrera de Montmeló, los italianos tienen preparado un lote de productos con los que aderezar un poco su veloz ensalada y de la que saldrán décimas como mejora… pero el resto de equipos también avanzarán.
Ya lo dijo Domenicali "del volante para atrás, va todo el coche nuevo". Pero no siempre las novedades aportan resultados instantáneos; hay que probarlas, madurarlas, y redondearlas, así que puede ser que avancen pero que tarden. En resumen: Ferrari no está bajo presión, sino bajo mucha presión. Alonso se la echa en el plato y se la come antes de que llegue el postre, no se amilana, pero desde que Felipe está en entredicho… ¿cuantas fotos suyas has visto? El eclipse de su luz es evidente.
A Felipe parece que se le han atragantado las virutas de goma de sus Pirelli y hasta Bahréin no había rebañado punto alguno. A día de hoy acumula dos, por cuarenta y tres que tiene su compañero en la buchaca… y eso es un casi 20 a 1, demasiado para un piloto rojo.
El de Sao Paulo sufrió un terrible accidente en 2009 cuando un muelle perdido por el Brawn de Rubens Barrichello le golpeó en la cabeza. Desde entonces, en lugar de acometer una trayectoria ascendente paralela a su mejora física, muestra justo lo contrario y va de regulero a maluto, y de ahí que en los mentideros salgan nombres de manera pública como sus muy posibles sustitutos, lo que hace que la oscura nube que levita sobre su testa se oscurezca una poca más.
Los siempre bien informados Carlos Miquel y Javier Rubio soltaron el finde pasado que Marcos Webber sería el banquillero elegido, y que haya corrido como la pólvora entre los medios más solventes de la F1 implica que la noticia posee grandes dosis de credibilidad.
Ferrari calla, Webber desmiente y a Massa mejor que no le preguntes, porque te puede poner un ojo como el de Bernie cuando le dieron el palo del reloj, pero evidentemente no mejora la atmósfera en el box encarnado.
Cuantos más rumores salten en este sentido, peor irá Felipe, al que muchos ya ven no en otros equipos, sino incluso fuera de la categoría. Al parecer lo del australiano no está firmado, pero si está acordado, o es al menos una posibilidad con un alto porcentaje de hacerse realidad.
En Ferrari no pueden permitirse un bagaje tan exiguo de puntos y menos ahora, no es que haya honor en juego, sino mucha pasta levitando de bolsillo a bolsillo; un puesto más o menos en la tabla de constructores pueden significar 20 minolles de lebros a lo tonto. Los italianos dieron un año de recuperación a su hombre, pero su hombre tiene ahora que cumplir como un machota… y se le está agotando el crédito.
Ya incluso desde dentro del equipo y en público le tiran de las orejas y eso lleva a pensar que no aguantarán un año más, de ahí que retumben en sus oídos nombres como el de Webber, que liquida contrato a finales de año, Button, que parece amarrado a McLaren por unos años más, el mexicano Checo Pérez, o incluso el lesionado Roberto Kubica, cuyo estado arroja más preguntas que respuestas. De todos ellos se ha dicho que tienen firmado un precontrato con los de Maranello.
La sospecha de Virutas es que todos (o casi todos) los pilotos de cierta calidad tienen un precontrato con Ferrari, o al menos tiene toda la pinta. La Scuderia no puede dejar escapar a tíos que crecen y ofrecen garantías y antes de permitir a otros equipos llevárselos, a lo mejor estaría bien tenerles en barbecho en equipos B jugando como 'cedidos' (¿oigo mariachis al fondo…?) a otras formaciones. Por otro lado, para el piloto más gacholeto tener un papel firmado con un jaco estampado es como tirarse a Miss Mundo gratis, claro.
¿Webber, Button, Checo, Kubica, El Camarada Petrov o incluso El Señor Mayor Herr Schumacher… ? No metemos a nadie más en la lista porque ya no nos queda casi nadie. Er… por cierto, ¿nadie se ha dado cuenta de varios tienen o han tenido relación con Flavio Briatore, un artista a la hora de manejar información, rumores, filtraciones, etc?
La bola ha echado a rodar en el casino de la F1, a ver en que casillero cae. Para conocer a 'el elegido' a estas alturas ni Paco Porras el-adivino-de-los-pepinos, ni La Bruja Lola, ni siquiera Los Pelayos, aquellos colegas que dejaban tiesos a los casinos y de los que ahora echan su peli en los cines, pueden aportar un dato verdaderamente definitivo. La catarata de rumores seguirá sonando... y va a salpicar a unos pocos más.
[Felipe Massa sale a escena y pregunta a la platea: "¿Sabéis de algún sitio donde vendan gabardinas que esté cerca...?"]
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