Desde hace ya algunos años, los más críticos con Roger Federer no dejan de decir que ya no es el mismo que en el pasado. Cierto es que no les falta razón en algunos de sus comentarios pero cierto es también que el suizo sigue impartiendo cátedra alrededor del mundo y aunque no lo haga con tanta asuduidad como en el pasado todavía le da para ganar torneos tan importantes como Indian Wells.
John Isner era el último escollo de Federer para igualar a 19 con Nadal en número de Masters 1000 ganados. El americano luchó con dignidad pero no pudo con un Federer que se apuntó su cuarto título californiano ganando por 7-5 y 6-4 llevándose un millón de dólares de premio, misma cifra que se reparte en el cuadro femenino donde el cheque y el título fue para Victoria Azarenka.
En el arranque de la final vimos a dos jugadores algo tensos. En el caso de Isner era normal ya que era su primera final de Masters 1000 y ante su público. Federer está mucho más acostumbrado a esas batallas pero aún así estuvo algo nervioso de inicio aunque se veía dominador desde el fondo de la pista desde donde intentaba mover al gigante americano. La lluvia también quiso ser protagonista y poner incertidumbre al choque que obligó a parar durante más de 10 minutos.
Una vez que se jugaron los primeros juegos, los dos jugadores se sacaron los nervios y empezaron a servir a un nivel que rozaba la excelencia. Cada uno de ellos se anotó 3 saques en blanco a un ritmo frenético con juegos que duraban poco más de un minuto y así las cosas el set tenía que llegar irremediablemtne al tie break.
La muerte súbita suele ser terreno propicio para Isner gracias a su saque pero Federer llevó el ritmo en esos momentos, se adaptó mejor al viento que soplaba y se puso en ventaja. Sin embargo, los nervios volvieron a aparecer en el gran campeón que necesitó de hasta 4 bolas de set antes de anotarse la primera manga ayudado por dos errores consecutivos de Isner.
En la segunda comenzamos a ver a un Isner al que le había afectado bastante la pérdida del primer set. Al americano le faltaban fuerzas y sobrevivía gracias a su servicio pero parecía cuestión de tiempo que Federer pudiera ponerse en ventaja. Ocurrió en el séptimo juego cuando el suizo rompió el saque del americano en lo que era su despedida del partido ya que no pudo ganar ni un juego más en esta semana que también ha sido muy buena para él porque se ha colocado por primera en su carrera dentro del top ten.
Con este triunfo Federer continúa la buena racha que inició al final de la temporada 2011 cuando se anotó el Masters 1000 de París y el Torneo de Maestros. Desde entonces suma 39 victorias y solo dos derrotas así que por si había alguna duda, el genio de Basilea sigue siendo muy peligroso y opta a todo. ¿Será capaz de añadir algún grand slam más a sus vitrinas? Pues a poco que se descuiden Djokovic y Nadal parece en condición de conseguirlo y, personalmente, veo Wimbledon como el terreno más propicio para ello.
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