El sumario de Nóos revela que los socios consultaban todo con Urdangarin, hasta los desahucios
Los correos electrónicos intervenidos en la investigación del caso Nóos presentan a Iñaki Urdangarin como un hombre volcado en la gestión de sus negocios, que toma decisiones y es consultado por sus colaboradores en cada detalle de su actividad empresarial, por nimia que sea. Las conversaciones del duque de Palma entre 2008 y 2011 dibujan una relación cordial con sus colaboradores, con los que incluso llega a bromear. El duque les plantea dudas y acepta sus consejos, pero interviene activamente en todas las decisiones.
En los emails incautados por la policía, el yerno del Rey mantiene frecuentes conversaciones sobre dinero con dos de sus colaboradores más cercanos, ambos imputados en la causa: Marco Antonio Tejeiro y Miguel Tejeiro, cuñados del socio del duque, Diego Torres. Los correos que constan en la causa son posteriores a la época en la que Urdangarin ejerció como presidente del instituto Nóos (2004-2006), la entidad sin ánimo de lucro que, supuestamente, desvió grandes sumas del dinero aportado por los gobiernos balear y valenciano para la celebración de eventos deportivos.
La mayoría de correos versan sobre la actividad de Aizoon, la inmobiliaria de Urdangarin en la que figuraba también la infanta Cristina. En una de esas charlas, fechada el 26 de noviembre de 2009, Marco Tejeiro pone al duque al corriente de la situación de un inmueble en Palma. “Nos pregunta la abogada si, una vez desahuciada la inquilina, le ponemos demanda para cobrar las rentas que debe. Está localizada y se le puede embargar parte del sueldo. En principio dice que lo intentemos, pero eso nos generará pagar unos honorarios a la abogada y al procurador”.
El que fuera contable de Nóos sugiere una solución, aunque aguarda instrucciones del jefe. “Yo lo intentaría, son unos 9.000 euros. ¿Qué hacemos? Un saludo, Marco”. A lo que el duque de Palma, que se identifica como chairman de Telefónica en USA, da su visto bueno con un escueto “Ok”.
El mismo contable propone a Urdangarin inversiones: “Hola Iñaki. Disponemos de unos 100.000 euros en BBVA por si quieres invertirlo en Privat Bank desde Aizoon. Un saludo”.
Las conversaciones sobre los ingresos del duque y el funcionamiento de la empresa son compartidas, a menudo, con una mujer que se identifica como “asistente” del duque.
Es ella la que le escribe en un mail el 18 de septiembre de 2009: “Iñaki, como sabes, SAR me ha encargado unas compras que no puedo justificar por gastos de Aizoon. Si te parece le doy los tickets a Marco, para que él me devuelva el dinero de la caja. ¿Nos das el Ok? Gracias”.
Otro ejemplo es un correo de mayo de 2008 sobre una posible donación en EE UU. “Hola Julita: Si [Urdangarin] tiene que hacer una donación a una fundación, ONG, etc de USA no puede desgravar ni por la empresa ni particularmente, a menos que tengan una sucursal en España y haga la donación aquí. Lo puede hacer por Aizoon o particularmente, es indiferente, pues no puede deducirse el gasto”. De nuevo, el mail acaba con el “saludo” de Marco Tejeiro, que informa al duque, en otra comunicación, sobre su declaración de la renta de 2007. “Te sale a pagar 14.336.53 euros y la de patrimonio, 8.456,51. Ya las tenemos aquí para que mandes a alguien a recogerlas”.
La citada asistente, Julita Cuquerella, comenta que ha llegado “a casa de Iñaki un comunicado de Hacienda en el que se avisa de la discrepancia de titularidad entre el registro de Barcelona y los datos declarados para la renta, para la casa de Elisenda Pinós”.
Cualquier extremo se comenta con Urdangarin. El mismo Tejeiro indica que ha llegado una multa y se pide identificar al conductor. “¿Quién pongo?” Urdangarin le contesta “déjame pensarlo”. El yerno del Rey también dice que un “conocido” de su hermana se ha interesado en un renting de “la furgoneta Mercedes”. En mayo de 2010 habla de ese mismo asunto y propone que, al no hallar candidatos, se devuelva el vehículo. “Estar pagando sin sentido y sin uso alguno es una tontería”.
En julio de 2008, el duque envía un mail al que fue su socio hasta que su relación personal se rompió, Diego Torres, defendido en la causa por el letrado Manuel González Peeters. El correo muestra un notable recelo. “He sabido de tu propuesta de facturación de los proyectos compartidos. Estos son tus números, no los entiendo y es más, estoy en total desacuerdo. Me parece increíble”. “Te pido que, si crees que me corresponde algo, hables con Marco”, escribe.
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