- Esta app de origen español une el servicio de mensajería instantánea con los de una red social.
- Lleva más de una semana disponible para los sistemas operativos iOS y Android, y cuenta con más de 150.000 descargas.
Así es Spotbros,
una aplicación española que quiere hacer sombra a WhatsApp.
¿Alguna vez has pensado qué pasaría si fusionaras tu WhatsApp con tu cuenta de Twitter? Sea cual sea tu respuesta, el fruto de esa peculiar unión es real y se llama Spotbros.
La aplicación de origen español une los servicios de mensajería instantánea con los de una red social y, aunque llegó al mercado el pasado mes de febrero en una versión de prueba, su lanzamiento oficial se produjo hace diez días.
Desde entonces, está disponible para los dos grandes sistemas operativos: iOS (el que usan los dispositivos de Apple) y Android (propiedad de Google y el que utilizan, por ejemplo, marcas como Samsung).
En esas casi dos semanas, según los últimos datos disponibles, el número de descargas de la app gratuita supera las 150.000, mientras que los usuarios registrados rondan los 140.000.
Gracias a estas cifras, los creadores de Spotbros hacen una primera lectura positiva del lanzamiento y están convencidos de que seguirán creciendo rápidamente. ¿El motivo? Presumen de haber encontrado el punto débil del líder de la mensajería instantánea y, además, de acercar este negocio a la funcionalidad de una red social.
Según Enrique Dans, profesor de tecnologías de la información en IE Business School y padrino del proyecto español, “WhatsApp ha logrado una posición envidiable, porque ha logrado hacerse un hueco en el lenguaje de los usuarios. ¿Quién no ha dicho alguna vez que está “whatsapeando”? Pero su error es la seguridad: no cifra las comunicaciones, te pueden suplantar el perfil con facilidad y permite que cualquier persona pueda ponerse en contacto con otra aunque no esté en su red de contactos”.
Este lastre del número uno del sector es, precisamente, una de las grandes apuestas de Spotbros. Al menos, eso dicen sus responsables que dicen que su invento es “más completo y seguro que el original”.
¿Sus argumentos? Los mensajes se eliminan cada 30 días como máximo, lo que significa que, una vez transcurrido ese tiempo, los únicos que conservan los contenidos son los usuarios implicados en esa conversación.
Además, todas las comunicaciones están cifradas con un código, y no se trata de cualquier mecanismo: es el mismo que utiliza el Gobierno de Estados Unidos para proteger sus documentos confidenciales.
Esta capacidad para encriptar los mensajes le han llevado a ganarse sobrenombres el WhatsApp para montar revoluciones, como la del 15-M.
A esto se suma que la aplicación funciona como una red social, y, por tanto, permite la interacción de muchos usuarios. Es decir, lo mismo que Twitter pero, por ejemplo, sin restricción de caracteres.
“Puede haber distintas conversaciones: con tus contactos o con otros usuarios; con una sola persona o un grupo; incluso hay chats colaborativos o temáticos”, explica una de las empleadas de Spotbros.
“Se pueden crear conversaciones sobre avisos de tráfico y radares, o sobre el tiempo que va a hacer, o sobre el calendario de conciertos de una ciudad concreta para lo que queda de año. Todos estos chats son los temáticos, que nosotros llamados spots", añade.
Junto a ellos, continúa, "están los shouts (gritos) que permiten lanzar mensajes a personas que se sitúen en el entorno geográfico de los usuarios (en un perímetro de 2 kilómetros). Esto es muy útil si, por ejemplo, estás de viaje y necesitas encontrar un restaurante concreto o una parada de autobús. Para ayudarte, lo mejor es que sean las personas que están cerca del usuario que necesita información”.
Dos puntos débiles
Ahora bien, la aplicación también tiene retos importantes. El primero de ellos es conseguir fidelizar a los usuarios. Y es que, aunque ya tiene 150.000 descargas, el número de registros es inferior (unos 130.000).
"Puede que mucha gente se haya bajado la aplicación por curiosidad, ahora hay que ver si se registran, les gusta y se quedan. Es lo que ha conseguido WhatsApp y no es nada fácil", alerta Dans.
Junto a este objetivo se encuentra la internacionalización, donde el número uno del negocio sigue teniendo mucha ventaja. "De momento, el 90% de las descargas de Spotbros se han producido desde España y, el otro 10%, de Latinoamérica, principalmente de México, Chile y Venezuela", explica una empleada.
La aplicación de origen español une los servicios de mensajería instantánea con los de una red social y, aunque llegó al mercado el pasado mes de febrero en una versión de prueba, su lanzamiento oficial se produjo hace diez días.
Desde entonces, está disponible para los dos grandes sistemas operativos: iOS (el que usan los dispositivos de Apple) y Android (propiedad de Google y el que utilizan, por ejemplo, marcas como Samsung).
En esas casi dos semanas, según los últimos datos disponibles, el número de descargas de la app gratuita supera las 150.000, mientras que los usuarios registrados rondan los 140.000.
Gracias a estas cifras, los creadores de Spotbros hacen una primera lectura positiva del lanzamiento y están convencidos de que seguirán creciendo rápidamente. ¿El motivo? Presumen de haber encontrado el punto débil del líder de la mensajería instantánea y, además, de acercar este negocio a la funcionalidad de una red social.
Según Enrique Dans, profesor de tecnologías de la información en IE Business School y padrino del proyecto español, “WhatsApp ha logrado una posición envidiable, porque ha logrado hacerse un hueco en el lenguaje de los usuarios. ¿Quién no ha dicho alguna vez que está “whatsapeando”? Pero su error es la seguridad: no cifra las comunicaciones, te pueden suplantar el perfil con facilidad y permite que cualquier persona pueda ponerse en contacto con otra aunque no esté en su red de contactos”.
Este lastre del número uno del sector es, precisamente, una de las grandes apuestas de Spotbros. Al menos, eso dicen sus responsables que dicen que su invento es “más completo y seguro que el original”.
¿Sus argumentos? Los mensajes se eliminan cada 30 días como máximo, lo que significa que, una vez transcurrido ese tiempo, los únicos que conservan los contenidos son los usuarios implicados en esa conversación.
Además, todas las comunicaciones están cifradas con un código, y no se trata de cualquier mecanismo: es el mismo que utiliza el Gobierno de Estados Unidos para proteger sus documentos confidenciales.
Esta capacidad para encriptar los mensajes le han llevado a ganarse sobrenombres el WhatsApp para montar revoluciones, como la del 15-M.
A esto se suma que la aplicación funciona como una red social, y, por tanto, permite la interacción de muchos usuarios. Es decir, lo mismo que Twitter pero, por ejemplo, sin restricción de caracteres.
“Puede haber distintas conversaciones: con tus contactos o con otros usuarios; con una sola persona o un grupo; incluso hay chats colaborativos o temáticos”, explica una de las empleadas de Spotbros.
“Se pueden crear conversaciones sobre avisos de tráfico y radares, o sobre el tiempo que va a hacer, o sobre el calendario de conciertos de una ciudad concreta para lo que queda de año. Todos estos chats son los temáticos, que nosotros llamados spots", añade.
Junto a ellos, continúa, "están los shouts (gritos) que permiten lanzar mensajes a personas que se sitúen en el entorno geográfico de los usuarios (en un perímetro de 2 kilómetros). Esto es muy útil si, por ejemplo, estás de viaje y necesitas encontrar un restaurante concreto o una parada de autobús. Para ayudarte, lo mejor es que sean las personas que están cerca del usuario que necesita información”.
Dos puntos débiles
Ahora bien, la aplicación también tiene retos importantes. El primero de ellos es conseguir fidelizar a los usuarios. Y es que, aunque ya tiene 150.000 descargas, el número de registros es inferior (unos 130.000).
"Puede que mucha gente se haya bajado la aplicación por curiosidad, ahora hay que ver si se registran, les gusta y se quedan. Es lo que ha conseguido WhatsApp y no es nada fácil", alerta Dans.
Junto a este objetivo se encuentra la internacionalización, donde el número uno del negocio sigue teniendo mucha ventaja. "De momento, el 90% de las descargas de Spotbros se han producido desde España y, el otro 10%, de Latinoamérica, principalmente de México, Chile y Venezuela", explica una empleada.
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