Es la segunda más grande de Egipto
Las pirámides de Egipto junto con la Gran Esfinge son considerados por la mayoría de personas como el lugar más enigmático y misterioso del mundo.
De todos los vestigios que nos han legado los antiguos egipcios, estas
pirámides son los más emblemáticos que han llegado hasta nuestros días.
A pesar de que Egipto en su territorio con 93 pirámides, las tres más famosas son las pirámides de Giza: Keops o Jufu, Kefrén o Jafra y Micerinos o Menkaura. Precisamente la Pirámide de Kefrén está de actualidad estos días porque, tras más de 10 años de restauración, ha sido reabierta.
Levantada en la meseta de Guiza en el siglo XXVI a.C., y fue situada junto a la de su padre Keops. Con una altura de 136 metros, durante mucho tiempo se la conocía como la “Gran Pirámide”, ya que parecía incluso más alta que la Pirámide de Keops, aunque realmente era un efecto visual provocado por estar situada en una parte más alta de la meseta. Fue construida para servir de tumba del faraón Kefrén de la IV dinastía del Antiguo Egipto.
Además de la Pirámide de Kefrén, el nuevo Ministro de Antigüedades de Egipto ha vuelto a abrir otras seis antiguas tumbas situadas en la meseta de Giza.
Estas reaperturas llegan en un momento especialmente delicado, ya que los levantamientos provocados por la Primavera Árabe el año pasado han tenido como consecuencia un importante descenso en el número de turistas que visitan el país. Los ataques contra objetivos occidentales han disuadido a los turistas de occidente de viajar a Egipto, ya que se ha convertido en un país inseguro e inestable.
Hay que tener en cuenta que la economía del país depende en gran medida del turismo, de ahí que el nuevo gobierno quiera que la situación se normalice para que el turismo internacional regresa a la tierra de los faraones.
La reapertura de estos lugares históricos es una buena muestra del esfuerzo de Egipto por volver a captar el interés de los turistas, aunque para ello será necesario también que desaparezca la inestabilidad actual en la zona. Esperemos que sí, porque pocos lugares en el mundo más maravillosos y mágicos que Egipto.
Levantada en la meseta de Guiza en el siglo XXVI a.C., y fue situada junto a la de su padre Keops. Con una altura de 136 metros, durante mucho tiempo se la conocía como la “Gran Pirámide”, ya que parecía incluso más alta que la Pirámide de Keops, aunque realmente era un efecto visual provocado por estar situada en una parte más alta de la meseta. Fue construida para servir de tumba del faraón Kefrén de la IV dinastía del Antiguo Egipto.
Además de la Pirámide de Kefrén, el nuevo Ministro de Antigüedades de Egipto ha vuelto a abrir otras seis antiguas tumbas situadas en la meseta de Giza.
Estas reaperturas llegan en un momento especialmente delicado, ya que los levantamientos provocados por la Primavera Árabe el año pasado han tenido como consecuencia un importante descenso en el número de turistas que visitan el país. Los ataques contra objetivos occidentales han disuadido a los turistas de occidente de viajar a Egipto, ya que se ha convertido en un país inseguro e inestable.
Hay que tener en cuenta que la economía del país depende en gran medida del turismo, de ahí que el nuevo gobierno quiera que la situación se normalice para que el turismo internacional regresa a la tierra de los faraones.
La reapertura de estos lugares históricos es una buena muestra del esfuerzo de Egipto por volver a captar el interés de los turistas, aunque para ello será necesario también que desaparezca la inestabilidad actual en la zona. Esperemos que sí, porque pocos lugares en el mundo más maravillosos y mágicos que Egipto.
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