En tensión por Bahrein
Manifestantes y policías se enfrentan en una marcha opositora.
- Aumentan las dudas sobre la celebración del gran premio
- Las escuderías señalan a la FIA como responsable de la posible cancelación
- Ecclestone recuerda a los equipos que son libres para no acudir
Apenas quedan 10 días para el Gran Premio de Bahrein, pero la convulsa carrera vuelve a estar en serio peligro. A pesar de que la caravana de la Fórmula 1
se ha puesto rumbo a Asia para realizar dos escalas, primero en China y
después en el emirato, quizá el circo vuelva a pasar de largo por
encima de Oriente Medio, como sucedió el año anterior.
En 2011, las revueltas políticas en la pequeña isla petrolera forzaron a los organizadores a la suspensión del evento, con la promesa por parte de Bernie Ecclestone, el dueño de la competición, de volver cuando la situación se hubiera calmado.
En los últimos meses, las autoridades locales y el propio magnate inglés insistieron en que las calles de Manama, la capital del reino, se habían tranquilizado y que la F1 podría acampar de nuevo en el circuito de Sakhir. La carrera volvió a la lista del calendario, cediendo a Melbourne el privilegio de ser la primera parada del curso.
Pero en los últimos días, los grupos opositores a la familia real bahreiní y voces internacionales, sobre todo en el Reino Unido, han hecho recapacitar a la Federación Internacional de Automovilismo y a las escuderías, que dudan otra vez sobre la conveniencia de acudir a un territorio con serias tensiones sociales.
Temen la amenaza a la seguridad de los más de 2.000 integrantes de la población flotante que es la familia de la F1 y la mala imagen publicitaria que daría el show de los monoplazas, al que se le podría acusar de frivolidad y aislamiento ante el entorno social.
Por un lado, la FIA y Ecclestone recuerdan a los equipos que son libres para no acudir a una carrera si no lo creen conveniente, con las consecuencias económicas en forma de sanción que acarrearía esa decisión.
Y enfrente, las escuderías declinan la responsabilidad. Recuerdan que es labor de los gestores del Mundial (FIA y Ecclestone) decidir los destinos y la viabilidad de los grandes premios. «Las marcas no tenemos capacidad para cancelar una carrera», ha dicho la asociación de equipos en un comunicado oficial.
Una circular interna de Lotus (ex Renault) habría dado el visto bueno a acudir a Bahrein, tras la visita de sus enviados a comprobar la seguridad del país. Sin embargo, la firma francesa asegura que ese documento es privado y no vinculante.
Mientras tanto, las autoridades del emirato siguen insistiendo en que tienen todo bajo control y desde el circuito, donde en pocos días comenzará a llegar el material de las escuderías, no dejan de anunciar eventos paralelos al GP como combates de lucha libre o conciertos con Dj internacionales. En las próximas horas, la F1 sabrá si finalmente desde China debe volar al Golfo Pérsico o directamente a Europa.
En 2011, las revueltas políticas en la pequeña isla petrolera forzaron a los organizadores a la suspensión del evento, con la promesa por parte de Bernie Ecclestone, el dueño de la competición, de volver cuando la situación se hubiera calmado.
En los últimos meses, las autoridades locales y el propio magnate inglés insistieron en que las calles de Manama, la capital del reino, se habían tranquilizado y que la F1 podría acampar de nuevo en el circuito de Sakhir. La carrera volvió a la lista del calendario, cediendo a Melbourne el privilegio de ser la primera parada del curso.
Pero en los últimos días, los grupos opositores a la familia real bahreiní y voces internacionales, sobre todo en el Reino Unido, han hecho recapacitar a la Federación Internacional de Automovilismo y a las escuderías, que dudan otra vez sobre la conveniencia de acudir a un territorio con serias tensiones sociales.
Temen la amenaza a la seguridad de los más de 2.000 integrantes de la población flotante que es la familia de la F1 y la mala imagen publicitaria que daría el show de los monoplazas, al que se le podría acusar de frivolidad y aislamiento ante el entorno social.
Por un lado, la FIA y Ecclestone recuerdan a los equipos que son libres para no acudir a una carrera si no lo creen conveniente, con las consecuencias económicas en forma de sanción que acarrearía esa decisión.
Y enfrente, las escuderías declinan la responsabilidad. Recuerdan que es labor de los gestores del Mundial (FIA y Ecclestone) decidir los destinos y la viabilidad de los grandes premios. «Las marcas no tenemos capacidad para cancelar una carrera», ha dicho la asociación de equipos en un comunicado oficial.
Una circular interna de Lotus (ex Renault) habría dado el visto bueno a acudir a Bahrein, tras la visita de sus enviados a comprobar la seguridad del país. Sin embargo, la firma francesa asegura que ese documento es privado y no vinculante.
Mientras tanto, las autoridades del emirato siguen insistiendo en que tienen todo bajo control y desde el circuito, donde en pocos días comenzará a llegar el material de las escuderías, no dejan de anunciar eventos paralelos al GP como combates de lucha libre o conciertos con Dj internacionales. En las próximas horas, la F1 sabrá si finalmente desde China debe volar al Golfo Pérsico o directamente a Europa.
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