El piloto británico rompe el dominio del curso pasado de los Red Bull, relegados a la quinta y sexta posición | La 'Scuderia' no supera la Q3 por primera vez desde 2010
Fernando Alonso, fuera de la pista en Melbourne
La primera clasificación de la temporada no fue buena para Fernando Alonso. Antes de iniciar la sesión, Ferrari había anunciado en su Twitter que nada sería fácil para ellos y que no estaban donde deseaban. Y todo eso se hizo patente ya en la primera tanda de la clasificación, cuando Alonso logró solo la sexta posición. En la segunda, sin embargo, llegó lo más duro. Un Alonso lanzado a tope, arriesgando en cada curva para salvar las deficiencias de su coche, pisó la hierba en una curva y perdió su coche que se escoró por detrás y acabó enganchado en medio de la grava.
El desespero de Alonso creció cuando pidió ayuda a los comisarios de pista para que le empujaran y no obtuvo ninguna respuesta. Se quedó, pues, fuera en la segunda sesión y saldrá 12º, gracias al tiempo que marcó en su primer intento, 1m 26,4s. Un pésimo inicio para el asturiano. Pero la peor noticia para él es haber constatado que el F2012 no funciona, como después se demostró cuando Felipe Massa tampoco consiguió clasificarse para la última tanda y acabó con un tiempo peor todavía que el de Fernando, 1m 27,4s. Partirá 16º.
El desastre de Ferrari fue de órdago, porque los dos coches italianos no se habían quedado fuera de la Q3 desde el Gran Premio de Malasia 2010. Todas las expectativas de la pretemporada se esfumaron en un plis plas. “Creo que toqué un poco la línea y el coche se me fue. Pero tampoco creo que hubieran cambiado mucho las cosas, porque Felipe no logró ni siquiera superar mi tiempo”, señaló un decepcionado Alonso.
“Tenemos 15 km/h menos que los demás coches y eso nos crea un problema, porque adelantar será muy difícil para nosotros. La única ventaja es que contaremos con muchos juegos de neumáticos nuevos. Sufrimos con el agarre, pero todos sufren en este aspecto. Debemos mejorar en todos los aspectos, pero especialmente en velocidad punta”.
La clasificación del GP de Australia, sin embargo, ofreció muchísimos elementos para estudiar. El más trascendente fue la pole position que logró Lewis Hamilton, que realizó una vuelta excepcional para marcar un tiempo de 1m 24,9s, precediendo a su compañero de equipo Jenson Button, a sólo una décima, y al sorprendente francés Romain Grosjean (Lotus), que concluyó tercero, por delante de Michael Schumacher. Los dos Red Bull tuvieron que conformarse con la quinta y la sexta posición, con Webber por delante de Vettel.
El predominio aplastante que había mantenido Red Bull el año pasado, logrando la pole position en 18 de las 19 carreras, parece que ha concluido. Todo el mundo sospechaba en la pretemporada que McLaren había creado un coche muy competitivo y que estaba a la altura de los Red Bull. Sin embargo, en la primera prueba seria se demostró que están bastante por encima. Hamilton fue el único piloto que les cuestionó la hegemonía, al alcanzar la pole en Corea el año pasado. Pero ahora, Vettel, el campeón, sabe ya que su mago, Adrian Newey, deberá encontrar soluciones para regresar a lo más alto del podio. Al menos, en la clasificación los McLaren les superan. En ritmo de carrera podrá comprobarse mañana.
Lo que también parece claro es el buen funcionamiento del Lotus Renault y de los Mercedes, que han sido cuestionados por Red Bull y Lotus ante la FIA por el conducto F encubierto que diseñó Ross Brawn. Sin embargo, Lotus protagonizó la primera sorpresa importante del día, cuando en la sesión inicial el finlandés Kimi Raikkonen quedó eliminado. El problema no era el Lotus Renault. Raikkonen se lio él mismo, sufrió una ligera salida en su último intento y se quedó fuera, demostrando que le queda aún mucho trabajo por hacer. “Tenemos velocidad, pero el circuito estaba muy difícil. Tuve muchos problemas”, señaló el finlandés.
Peor les fue todavía a los dos Hispania, que no alcanzaron ni siquiera los tiempos mínimos para poder tomar la salida. “Teníamos previsto hacer dos intentos, pero todo se retrasó mucho, porque el montaje de las piezas en el coche fue muy lenta. Estamos donde esperábamos y hay que trabajar duro para las próximas carreras. Nuestro principal problema es no poder contar con la dirección asistida, conducir en estas condiciones es muy difícil y nos hace perder mucho tiempo”, indicó Pedro de la Rosa, que volvía a los circuitos en esta carrera.
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