La ley brasileña lo prohíbe y muchos parlamentarios se niegan a cambiarla, pero el pacto con la FIFA lo exige
El estadio de Maracaná podría acoger una final sin cerveza
Brasil se retrasa en los preparativos para el Mundial. El vicepresidente de la FIFA, Jerome Valcke, afirmó hace unos días que los organizadores merecían "una patada en el trasero" por su atraso en las obras y la aprobación de la ley que regule todos los aspectos del campeonato. Sobre este último aspecto, el parlamento brasileño está protagonizando un intenso debate con un gran dilema: decidir si se permite o no la venta de cerveza en los estadios.
Ya existe una ley del país que lo prohíbe tajantemente. Los aficionados a la brasileños se han acostumbrado a ver a sus clubes favoritos sin una refrescante cerveza que llevarse al gaznate. Pero los diputados nacionales estudian hacer una excepción con el Mundial. Un gran número de parlamentarios se opone por una suerte de orgullo nacional: consideran que de ese modo Brasil "entregaría" su soberanía a la FIFA, que es partidaria de la cerveza en los estadios.
El presidente de la Cámara de Diputados, Marco Maia, admitió que hay "una gran confusión" en el parlamento y que el asunto es el punto de mayores conflictos en la cámara baja. Este miércoles se decidió postergar la votación hasta la semana próxima.
El grupo parlamentario oficialista propuso que el artículo referido a la cerveza en los estadios fuera retirado del texto legal brasileño, de modo de facilitaría la aprobación de la ley sobre el Mundial. O bien que cada uno de los estados del país decida las normas en sus propios campos de juego.
No obstante, el Gobierno ha recordado que la venta de cerveza en los estadios forma parte de los compromisos que asumió el país con la FIFA cuando aceptó organizar el Mundial.
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