Aunque alrededor del mundo existen leyes que intentan sancionar estos delitos de lesa humanidad, lo cierto es que en la actualidad estas prácticas aún no se condenan de forma adecuada, o en el peor de los casos son las mismas leyes quienes las permiten y las respaldan.
Este es el caso de una joven marroquí de 16 años que decidió poner fin a su vida al tomar un veneno para ratas, tras ser obligada a casarse con su violador, diez años mayor que ella. Desesperada por el maltrato que tuvo que sufrir por parte de él y su familia se suicidó. Este fue el destino al que debió someterse la joven, ya que según el código penal marroquí el violador queda exento de cualquier sanción, cuando para salvaguardar el honor de la joven y 'resolver' el daño causado tras un acceso carnal forzado, el hombre admite casarse con su víctima.
Aunque parezca increíble estas son prácticas que aún perduran en el mundo como lo muestra el Informe sobre el Desarrollo del Banco Mundial, el cual revela que las violaciones y la violencia en el hogar culminan en la pérdida de más años de vida saludable, entre las mujeres de 15 a 44 años de edad, que el cáncer mamario, el cáncer del cuello uterino, el parto obstruido, la guerra o los accidentes de tránsito.
En relación con el matrimonio forzado y las violaciones, Human Rights Watch ha publicado recientemente un informe sobre la situación en Somalia, que expone la práctica sostenida por un grupo islamista armado, denominado al-Shabab, el cual obliga a las jóvenes a contraer matrimonio con los hombres de sus filas, e instiga las violaciones por parte de combatientes hacia los civiles. Debido a que este tipo de violencia sexual y de género se lleva a cabo con total impunidad, el dejarlo todo y comenzar una nueva vida en otra parte resulta a menudo la única forma de protección disponible ya que la resistencia trae para las víctimas y sus familias graves consecuencias, incluyendo la muerte.
Y es que la violencia contra las mujeres es una práctica que ha resultado difícil de erradicar alrededor del mundo a pesar de las quejas e informes de agencias gubernamentales y no gubernamentales que luchan por salvaguardar y defender a las víctimas para combatir este tipo de prácticas.
Muestra de ello es la lucha que se sostiene en países como Irán donde se busca la abolición de leyes de la constitución y el código penal donde se afirma que la vida de la mujer se valora sólo la mitad que la vida de un hombre. Por lo tanto las leyes que resultan bastante contemplativas con el género masculino reducen los derechos y libertades de ellas, menospreciándolas, como su palabra, que tiene poco valor si no es respaldada por un hombre.
Así mismo, el hecho del valor doble que tiene la vida de un hombre sobre el de una mujer también se expresa un precio monetario. En este sentido el "Deyeh" es una suma de dinero que la familia de una víctima debe recibir por parte de un agresor, en caso de daños físicos, desmembramiento, o muerte de una víctima. Además de una condena que debe cumplir quien incurrió en el delito, debe pagar una cantidad de dinero por su crimen: si es un hombre paga una cantidad dispuesta por el juez, si es una mujer paga la mitad.
Como lo expresó en su momento Kofi Annan, ExSecretario General de las Naciones Unidas, "La violencia contra la mujer es quizás la más vergonzosa violación de los derechos humanos. No conoce límites geográficos, culturales o de riquezas. Mientras continúe, no podremos afirmar que hemos realmente avanzado hacia la igualdad, el desarrollo y la paz."
Así mismo, las leyes deben reconocer los crímenes y homicidios cometidos en nombre del 'honor' como una forma de violencia contra las mujeres y las niñas ya que cada año, más de 5 mil mujeres son asesinadas en el mundo por esta causa, según revelan las investigaciones del Fondo de Población de las Naciones Unidas.
Pero este tipo de casos no solo se presenta en países islámicos o del medio oriente ya que los crímenes en defensa del honor son más comunes de lo que se cree. En Europa la Fundación Surgir presentó una investigación que recoge datos de tres años en ocho países europeos, que reflejan esta forma de violencia contra la mujer: Países Bajos 38 casos de muerte entre 2007 y 2009, Bélgica 17 muertes o tentativas, entre 2004 y 2008, Reino Unido 12 casos al año, Suecia dos muertes constatadas y entre 1.500 y 2.000 niñas y jóvenes son víctimas de violencia, Alemania 72 casos de muerte y 22 de tentativas entre 1996 y 2007, Francia 12 casos desde 1993 y en 12 también en Italia.
Estas mujeres son condenadas a morir en nombre del honor por sus propios familiares, que se sienten deshonrados porque han elegido libremente a sus prometidos, se sospecha que han tenido relaciones sexuales antes del matrimonio o su conducta se considera inmoral.
Y es que conductas como la que prevalece en Afganistán, una práctica de justicia denominada 'Baad' o 'Baadi', es una costumbre que se ve aún en zonas rurales, donde se intercambia a una joven como forma de pago por por delitos cometidos o la deuda contraída por un miembro de la familia; es un hecho que no se ha logrado erradicar. Esta situación ilegal en el país desde 2009, cuando se promulgó la Ley de Violencia contra la Mujer, aún sobrevive en zonas de peligro o donde no es factible encontrar las instituciones gubernamentales. Como resultado, muchas familias dependen de asambleas de ancianos de las tribus que utilizan la ley tribal, lo que permite el intercambio de niñas para compensar crímenes cometidos por un miembro de la familia de ella.
La violencia doméstica es un delito en 125 países del mundo, pero todavía hay 603 millones de mujeres que viven en estados que no la consideran un crimen y más de 2.600 millones de mujeres que habitan en lugares donde la violación marital tampoco está criminalizada.
Este fue el caso del afgano que estranguló a su esposa por no proporcionarle hijos varones. Esto después de que ella hubiera tenido tres hijas, la última de ellas hace tres meses.
Pero no es que América Latina resulte ser la excepción. En el continente la mujer ha sido víctima de sanguinarias persecuciones en tiempos de paz, agudizándose en tiempos de guerra, según datos de la Organización Mundial de la Salud, donde por ejemplo el 24% de las mujeres que viven en zonas rurales de Perú, declara que su primera relación sexual fue sin su consentimiento. A este dato habría que agregar los del Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social: cuatro de cada diez mujeres en ese país han sufrido violencia física por parte de su pareja, y nueve mujeres son asesinadas al mes por su esposo o pareja.
En Honduras el 33% de las mujeres declara haber sido violentada sexualmente por su pareja actual o ex pareja. Mientras que en una encuesta citada por la ONU señala que en Colombia cada seis días una mujer es asesinada por su pareja o ex pareja.
Así mismo en Colombia un estudio señala que las mujeres que habitan en zonas de conflicto están expuestas, no sólo a la agresión física y sexual por parte de algunos actores armados. “De acuerdo con Amnistía Internacional, el Código Penal colombiano no refleja las definiciones de los crímenes de derecho internacional como aspectos claves que afectan los derechos de las sobrevivientes de la violencia sexual”. Dijo la parlamentaria Ángela María Robledo al medio nacional RCN por lo que propone modificar los códigos y leyes necesarias para reducir el alto índice de impunidad que es del (98%) en relación con los delitos sexuales, y garantizar el acceso de las mujeres a la justicia, la protección, atención y restablecimiento de sus derechos y ajustar los mecanismos de investigación, sanción y reparación efectiva.
Según el Área de Investigaciones de la Asociación Civil La Casa del Encuentro, en Argentina, en el 2008, fueron asesinadas 208 mujeres que, además, sufrieron violencia sexual. La misma asociación señala que hasta el 20 de junio de 2009 habían sido asesinadas 82 mujeres y niñas. En Chile en 2008, de acuerdo con datos del Servicio Nacional de la Mujer en Chile, se registraron 59 femicidios.
La ONU afirma que el 50% de las mujeres jóvenes de Haití han sufrido agresiones sexuales o violación, una de cada tres de esas mujeres es menor de 13 años.
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