martes, 24 de abril de 2012

Niños desaparecidos en Córdoba: Bretón se jactó de su juerga con una prostituta mientras estaban buscando a Ruth y José

La frialdad que José Bretón, el padre de los niños desaparecidos en Córdoba, mostró durante la búsqueda de sus hijos Ruth y José, es insultante. En los primeros minutos de la búsqueda, Bretón relató a la Policía con todo lujo de detalle el encuentro sexual que había mantenido con una prostituta rumana en el club de alterne PK2, junto a la finca de Las Quemadillas. Dejó claro, eso sí, que lo hizo porque ya estaba separado de Ruth Ortiz.

 

Niños desaparecidos en Córdoba: Bretón se jactó de su juerga con una prostituta mientras estaban buscando a Ruth y José
 
José Bretón, el padre de los niños desaparecidos de Córdoba, principal sospechoso en este caso./Archivo
 
   
 
Imágenes de Ruth y José aportadas por la familia. 
 
 
Cada vez que se conoce un detalle nuevo sobre José Bretón, más inquietante se vuelve la historia de los niños Ruth y José, desaparecidos en Córdoba el 8 de octubre de 2011. En los primeros minutos de la búsqueda de los pequeños, y con los helicópteros sobrevolando la finca de sus padres y los georradares trabajando sobre el terreno, Bretón relató a la Policía con todo lujo de detalle el encuentro sexual que había mantenido con una prostituta rumana en el club de alterne PK2, junto a la finca de Las Quemadillas. Dejó claro, eso sí, que lo hizo porque ya estaba separado de Ruth Ortiz.

Según su relato, contrató los servicios de esta prostituta unos días antes, a la que pagó para pasar el rato. Los agentes escuchaban atónitos por la frialdad del detenido. "Él estaba seguro de que no íbamos a encontrar a las criaturas. La búsqueda no le afectaba en absoluto", señalan fuentes del caso.

A todo esto, ese día había partido de Champions y Bretón no quería perdérselo por nada del mundo. "Él estaba seguro de que no íbamos a encontrar a las criaturas. La búsqueda no le afectaba en absoluto", señalan fuentes del caso.

Ofreció a los agentes cenar pizza y compartir unas latas para ver el partido, cuando tan sólo habían transcurrido unas horas de la desaparición de sus hijos, en su versión mientras estaban jugando en el parque Cruz Conde.

Aun hubo otra cosa que les descolocó. De repente, dijo que iba a poner unas sevillanas en la radio, que estaba aburrido. "Voy a por un disco de sevillanas que me gusta mucho", les soltó. Finalmente, no lo puso. "Esa música me trae malos recuerdos", les dijo ante la desesperación y la rabia contenida de los funcionarios, cuyo único objetivo era encontrar a los niños.

La próxima semana volverá a declarar ante el juez instructor, José Antonio Rodríguez Lainz, que decretó el levantamiento total del secreto de las actuaciones el pasado viernes. El juez interrogará de nuevo al padre de los niños sobre todas las contradicciones halladas durante el más de medio año de compleja y exhaustiva investigación.

UN TESTIGO DESMONTA SU COARTADA

En el sumario figura un testigo, que sitúa a José Bretón a las 11.15 de la mañana del sábado 8 de octubre, el día en que desaparecieron los pequeños, junto a la finca. A esa hora, él asegura -y su familia lo ha ratificado- que estaba en casa de su hermana Catalina con sus propios hijos y con sus sobrinos, a los que cuidaba mientras su hermana y su cuñado hacían unas compras. El testigo ha detallado la ropa que llevaba el padre de los pequeños y explica que vio perfectamente el inseparable bolso del que Bretón no se desprende. 

Diez minutos antes, una cámara de seguridad, la del centro de menores, grabó un coche idéntico al de su hermana: un Kia Picanto gris metalizado estacionando 20 metros antes de la entrada de la finca familiar, a la izquierda. Se da la circunstancia de que los investigadores han comprobado que solo hay seis coches idénticos en Córdoba. Un hombre, vestido como Bretón, camisa blanca y pantalón oscuro, se bajó del turismo y regresó a los 10 minutos. 

La cámara registra asimismo a otra persona, pero dada la distancia y la posición no se puede determinar si esa segunda persona también descendió del coche o estaba en el lugar o incluso bajó de otro turismo y casualmente coincidió al cruzar la calle. El imputado asegura que no estuvo esa mañana en Las Quemadillas. 

 

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