Sanidad impone una bajada de precios de medicamentos y dejará de financiar fármacos utilizados para síntomas menores: lágrimas artificiales, «omeprazoles», antitusivos...
Cuatro
días después de que se aprobara en el Consejo de Ministros, la reforma
sanitaria sigue dando sorpresas. El decreto de medidas urgentes,
publicado hoy en el BOE, confirma nuevos copagos además del
farmacéutico.
Los pensionistas empezarán a pagar, por primera vez por
sus medicinas y el resto de pacientes pagarán un porcentaje mayor del
precio de sus fármacos en función de la renta. Hasta el 50% la mayoría
de los ciudadanos y hasta el 60% las rentas más altas, superiores a
100.000 euros anuales.
Esta misma fórmula se aplicará para el uso de ambulancias no urgentes
(utilizadas en el traslado de pacientes de rehabilitación o diálisis),
en los tratamientos dietoterápicos (suplementos para pacientes con
problemas de desnutrición, deglución y enfermedades metabólicas...) y a
los productos de ortopedia (muletas, sillas de ruedas, collarines,
calzado ortopédico...).
Este copago «se regirá por las mismas normas que regulan la prestación farmacéutica,
tomando como base de cálculo para ello el precio final del producto y
sin que se aplique ningún limite de cuantía a esta aportación», se
explica en el decreto. Las comunidades autónomas tendrán hasta junio
para poner en marcha estas nuevas fórmulas de participación en el gasto.
Reembolso
Se
prevén excepciones para los enfermos más vulnerables y topes máximos
para limitar el gasto. Sanidad prevé la posibilidad de que haya
reembolso del gasto en determinados productos ortopédicos, como las
muletas o las sillas de ruedas, si se devuelven en buen estado.
La
idea, que ya apuntó la ministra Ana Mato el miércoles tras la reunión
del Consejo Interterritorial de Salud, es acabar con desigualdades y aplicar un único criterio en todas las comunidades autónomas. Pero en la presentación públida de la reforma sanitaria a los medios de comunicación no había quedado clara.
Tampoco
se detallaron las reformas en farmacia y cómo los nuevos ajustes iban a
afectar a la industria farmacéutica. Mato habló de una mayor promoción
de los medicamentos genéricos, de ajustes de precios y de renovación del
vademécum. «Estamos pidiendo sacrificios a los ciudadanos y también se
los debemos exigir a las farmacéuticas», dijo.
Fármacos sin financiación
Ese sacrificio al que la ministra se refirió se ha traducido en una bajada de precios por el sistema de precios seleccionados,
es decir Sanidad aplicará un precio máximo para determinados grupos de
medicamentos que expulsará de la financiación a todo fármaco que supere
el precio seleccionado por la comisión interministerial de precios.
El
precio seleccionado tendrá una vigencia de dos años durante los cuales
no podrá ser modificado. Este sistema afecta a los medicamentos
financiados y no financiados si se consideran de interés para la salud
pública.
El real decreto también deja claro que habrá un nuevo «medicamentazo» que
dejará sin financiación a los fármacos utilizado para el tratamiento de
síntomas menores. En este grupo se incluyen desde lágrimas artificiales
a antitusivos, «omeprazoles», descongestivos o antidarreicos.
Advierte que dejarán de financiarse en el sistema público de salud todos
aquellos tratamientos, tecnologías y procedimientos que no tengan
suficientemente probada su «contribución eficaz a la prevención,
diagnóstico, tratamiento, rehabilitación y curación de las enfermedades,
conservación o mejora de la esperanza de vida, autonomía y eliminación o
disminución del dolor y el sufrimiento»
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