Los observadores de la organización detectan problemas en un tercio de los colegios
El abuso de recursos gubernamentales favoreció a Putin
Los observadores internacionales de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) han denunciado esta mañana irregularidades en las elecciones presidenciales celebradas en Rusia ayer y que han designado a Vladímir Putin como próximo presidente ruso. La organización considera en un comunicado que el proceso electoral ha sido "claramente distorsionado" en favor de Vladímir Putin.
El actual primer ministro "recibió un trato de favor en términos de presencia en los medios con respecto a sus competidores. Además, recursos gubernamentales fueron utilizados en su favor", sostiene la OSCE. "No hubo una competición real y el abuso de recursos del Gobierno garantizó que nunca estuviera en duda quien sería el vencedor", aseguró Tonino Picula, coordinador de la misión de la organización.
En cuanto a la jornada de voto, los observadores señalan que hubo problemas durante el recuento de las papeletas y sostienen haber hallado irregularidades en un tercio de los colegios observados.
Según los resultados oficiales, Putin fue elegido ayer presidente de Rusia por un holgado margen. Con el 99,9% de los votos escrutados, obtenía el 63,6% de los votos. En segundo lugar se situó el comunista Guennadi Ziugánov, con un 17,1%, y en tercero, el multimillonario Mijaíl Prójorov, (más de un 7,9%). Seguían el populista Vladímir Zhirinovski (6,2%) y, muy por detrás, el socialdemócrata Serguéi Mirónov (3,8%).
Tras la victoria, Putin pronunció un agresivo discurso en el que trató a sus oponentes como enemigos del Estado.
Hoy, el mandatario saliente, Dmitri Medvédev, ha hecho un gesto de conciliación al ordenar revisar la legitimidad de la condena del multimillonario Mijaíl Jodorkovski.
Medvédev ha dado plazo hasta el primero de abril a Yuri Chaika, el fiscal general, para que termine dicha revisión. Jordorkovski, que permanece en prisión desde el año 2005 acusado de una serie de delitos económicos, se ha convertido en un símbolo de resistencia al régimen: habiendo podido evitar su detención quedándose en Londres, decidió regresar diciendo que prefería convertirse en un preso político que tomar el camino de la emigración.
Desde la cárcel, se ha negado a pedir un indulto o amnistía y ha continuado criticando al régimen. En opinión de numerosos analistas y políticos, fue precisamente el haber osado desafiar el sistema impuesto por Putin y el financiar a los partidos de oposición lo que lo llevó tras las rejas.
Medvédev ordenó también al ministro de justicia que explique por qué se negó a registrar el movimiento opositor Parnas, uno de cuyos líderes es el exprimer ministro Mijaíl Kasiánov.
Junto con el caso de Jodorkovski, Medvédev ha ordenado revisar las sentencias de otras 31 personas.
Lo decisivo será la posición de Putin, si prima su reconocido pragmatismo o si se deja llevar por las emociones y el rencor. Habrá que ver qué sale de esta iniciativa de Medvédev y también en qué quedan las reformas políticas que se decidió a impulsar después de las duras críticas hechas por la oposición a las elecciones parlamentarias de diciembre pasado, calificadas por esta de fraudulentas.
Las reformas políticas incluyen un registro teóricamente fácil de los partidos –de ahí que no se comprenda el rechazo al movimiento de Kasiánov- y el retorno a elecciones directas de jefes de regiones (gobernadores de provincias y presidentes de repúblicas federadas, más los alcaldes de Moscú y San Petersburgo), entre otras medidas.
Además de reformas del sistema, Rusia necesita urgentemente combatir la corrupción y realizar reformas estructurales en la economía, para por lo menos disminuir la dependencia actual de los hidrocarburos. Y habrá que esperar para comprobar que Putin quiera atacar realmente estos problemas y si es capaz de hacerlo.
Hoy continuarán las manifestaciones de celebración por parte de los proKremlin, mientras que la oposición se reunirá en un gran mitin en la céntrica plaza Pushkin de Moscú. Dos de los candidatos ya reconocieron la victoria de Putin –el nacionalista Vladímir Zhirinovski y el socialdemócrata Serguéi Mirónov–, mientras que el comunista Guennadi Ziugánov se ha negado a hacerlo y ha dicho que las elecciones no han sido ni legítimas, ni justas ni transparentes. El multimillonario Mijaíl Prójorov ha dicho por su parte que esperará las conclusiones de su grupo de expertos sobre la envergadura de las infracciones para decidir si reconoce o no los resultados.
Putin se ha reunido hoy con tres de sus cuatro contrincantes: Prójorov, Zhirinovski y Mirónov. A Prójorov le deseó éxitos en sus planes de crear un nuevo partido de derecha y dijo estar dispuesto a mantener un “diálogo constructivo” con él.
Mientras tanto, la organización Golos, que ha hecho un recuento de votos basado en información enviada vía SMS por observadores desde los lugares de votación, da resultados bastante diferentes a los oficiales, verdad es que la Comisión Electoral Central (CEC) ya ha contabilizado más del 99% de los votos, mientras que Golos no. Si Putin según la CEC obtiene casi el 63,6%, según Golos tendría solo el 50,52, lo que de todas maneras significaría la victoria en la primera vuelta.
El resto de los resultados serían como siguen: Ziugánov 17,1% (CEC) – 19,21% (Golos); Prójorov 7,9-17,2%; Zhirinovski 6,23-6,25% y Mirónov 3,8-5,08%. Pero el problema, como explican algunos analistas, es que los resultados de Golos se basan en datos provenientes de las grandes ciudades, y, como es sabido, allí la población es de tendencia más reformista que en el interior del país.
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