jueves, 2 de febrero de 2012

La Justicia corta el sueño urbanístico del Atlético

Una sentencia del TSJM impide construir más de cuatro alturas en el eje Mahou-Calderón

Echa por tierra el plan del club y la cervecera de levantar un mini Manhattan al lado del Manzanares, con rascacielos de 30 plantas

Contra la sentencia cabe recurso de casación

 


Trabajos de demolición, en abri de 2011, en la antigua fábrica de Mahou, en el paseo Imperial.


La mudanza del Calderón a La Peineta, panacea que según los dueños del Atlético modernizaría a un equipo instalado en una crisis perpetua y le permitiría incrementar sus ingresos en hasta 20 millones de euros anuales, provocó esta mañana el último dolor de cabeza a Miguel Ángel Gil Marín, consejero delegado y máximo accionista del club, y al presidente Enrique Cerezo. La sala Primera de la Sala de lo Contecioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid echó por tierra el proyecto original de un miniManhattan al lado del Manzanares con torres de hasta 30 plantas a edificios de no más de cuatro alturas.

La sentencia del TSJM, con fecha 20 de enero, anuló "por no ser conforme a derecho" la modificación puntual en el proyecto Madrid-Río centrado en el eje Mahou-Calderón que "permite una edificabilidad general por encima de la prohibición legal de edificar una altura superior a tres plantas más ático, incluida la baja, plantas retranqueadas y semisótanos que sobresalgan más de un metro, de manera que la edifiacción resultante no exceda de dichas tres plantas más ático en todos y cada uno de los puntos del terreno". Las partes podrán poner un recurso de casación en los próximos diez días.

Antes del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el Atlético y Mahou barajaban unos beneficios de 260 millones por la venta de sus terrenos y su posterior explotación en forma de venta de pisos. Ahora bien, el Atlético debía pagar 160 millones de euros para transformar las gradas y el entorno de La Peineta, y 20 más para la construcción de una pista de atletismo si Madrid obtenía la organización de los Juegos Olímpicos de 2016 (lo mismo sucede ahora). 

Además, también a medias con Mahou, el club debería pagar el 60% de las obras de soterramiento de la M-30: unos 40 millones cada uno (el coste total es de 140) y la totalidad de la urbanización de la zona (50 millones a pagar entre el club y Mahou a partes iguales).

A mediados de diciembre de 2008 las partes interesadas en el proyecto firmaron el convenio que cerraba el protocolo de intenciones que se había firmado en julio de 2007. Ya entonces los efectos de la crisis eran más que palpables. Con el nuevo trato, el Atlético no vería ni un duro por el suelo. 

Adiós al beneficio económico. El club tenía que contentarse con recibir un campo nuevo a cambio del viejo. Por entrar en la operación, FCC derribaría el Calderón, soterraría la M-30 a su paso por el viejo estadio y construirá la nueva Peineta. Toda una serie de obras que tendrían un valor aproximado de 270 millones, precio en el que está valorado el suelo del Atlético.

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