Bayern de Munich y Real Madrid llegaban a un Olímpico de Munich abarrotado y con la expectación por todo lo alto. Ambos llegaban líderes de sus respectivas competiciones domésticas y enchufados tras deshacerse de sus rivales en los cuartos de la máxima competición continental. El pisotón de Juanito eclipsaría una eliminatoria con infausto recuerdo blanco por el pésimo arbitraje de Valentine y una intrascendente vuelta que provocaría el posterior cierre de Chamartín.
Después de once años, el Bayern de Munich y el Real Madrid volvían a enfrentarse en competición
europea. Únicamente una eliminatoria de por medio en la máxima
competición continental les avalaba a dos conjuntos que legaban a la
Liga de Campeones como consecuencia de su victoria en Primera División y Bundesliga.
Si bien el Real Madrid de las remontadas míticas en años anteriores, llegaba tras derrotar al Estrella Roja apelando de nuevo al espíritu de aquellas vueltas de marcador, el Bayern lanzado se plantaba en las semifinales con el objetivo de llegar a la final. En el banquillo blanco un holandés, Leo Beenhakker al finalizar el encuentro de ida reconocía que era imposible una remontada.
Teniendo en cuenta estos datos y que la ida finalizó por un resultado
de 4-1, aún no se ubique de que eliminatoria se está hablando. Pero si
nos atenemos a que dicha eliminatoria entre alemanes y españoles es
conocida como la del pisotón de Juanito a Mathaeus, ya sí que
conseguimos ubicar en la memoria dicho encuentro.
Un Olímpico de Munich hasta arriba con cerca de ochenta mil espectadores recibía a los blancos encabezados por su delantero Juanito, quien acompañaba a Butragueño y Santillana. Buyo, Chendo, Mino, Gallego, Camacho, Míchel, Sanchís y Gordillo por detrás de los tres magos del ataque merengue. Un equipo con mucho potencial que se enfrentaba a una escuadra en la que Mathaeus, Rummenigge y Hoeness eran los líderes.
Un árbitro escocés, Robert Valentine, se erigió en el gran protagonista
en cuanto a trascendencia en la eliminatoria; aunque eclipsado por el
incidente del minuto 39. Dos expulsiones y un penalti discutido son las
razones por las que el conjunto de la capital de España no se marchaba
muy contento de la ciudad bávara.
Si bien la expulsión al malagueño Juan Gómez
'Juanito' era merecida y clara, con la posterior sanción de hasta cinco
años sin poder disputar un encuentro de competición europea, ella
estuvo motivada por las consecuencias del encuentro.
Todo comenzaba con un partido sobre el césped en terreno alemán y una
fina lluvia, un cielo gris que se convertiría en una metáfora de como
acabaría el conjunto blanco.
Las primeras gotas que se clavaron en la
meta de Paco Buyo provendrían de la bota izquierda de Augenthaler en
un disparo desde fuera del área muy pegado al palo del meta español. Si
bien el Real Madrid dominaba el encuentro, el poderío del conjunto
entrenado por Udo Lattek radicaba en la velocidad y el físico en los últimos metros de un equipo que se encontraba cómodo en su campo.
Ya en el primer minuto, el colegiado del encuentro obviaría un derribo del guardameta muniqués Pfaff sobre
Butragueño cuando este se disponía a encarar la portería del Bayern. La
disparidad en el criterio a la hora de cobrar las faltas por parte del
árbitro escocés iría irritando los ánimos de los de Beenhakker hasta que
en el minuto 28 concediese una pena máxima favorable a los alemanes.
Aún no se sabe muy bien porque se pitó ese penalti, pero el caso es que
Matthaeus anotaba el 2-0.
"No nos conocen bien quienes puedan pensar que no somos capaces de remontar en nuestro terreno", Sanchís
Pero después de la tempestad llega la calma, excepto en Juanito. Un
futbolista controvertido que tras la tempestad de su vida no ha dejado
en calma a nadie y aún se le recuerda como en la mayor de las tormentas.
Los nervios del ‘7’ madridista llegarían a su límite en el momento en
que Matthaeus realizaba una entrada desproporcionada sobre Chendo en el
medio campo. Un lance del juego que debiera cobrarse con tarjeta roja
por parte del árbitro, pero que el atacante español se cobraría de su
mano. El pisotón sobre la cabeza que le propinó al futbolista alemán
sería recordado.
Juanito pisa la cabeza a Matthaus
Seguramente la acción más violenta en la carrera del controvertido
delantero malacitano que acabaría con su trayectoria en las
competiciones europeas. "Me maldigo, cosas así pueden hacerme dejar el fútbol"
eran sus reflexiones más duras hacia su persona al acabar el encuentro.
Un encuentro en el que la historia finalizaría con pocas opciones para
los visitantes, pues si bien Juanito mereció ser expulsado, también
Matthaeus aunque no lo fue. El propio alemán serviría a Wolfarth el tercer tanto.
El gol por parte del Real Madrid llegaría en el minuto 45 tras un pase
de Gordillo a Butragueño que cruzaría el balón para que Pfaff no
llegase. "No hemos sido capaces en el segundo tiempo de marcar un
gol en juego -el único ha sido de penalti- a pesar de que hemos jugado
contra diez hombres y sólo nueve en los últimos 17 minutos" decía
el técnico del equipo alemán en la conferencia de prensa.
Lo que
explicaría perfectamente el segundo periodo con un equipo alemán volcado
sobre la meta de Buyo per con menos efectividad. En el minuto 51,
Matthaeus pondría el 4-1 final que acabaría con la expulsión de Mino por
parte blanca tras doble amonestación en el minuto 87 al cometer una
falta rigurosa.
El "miedo escénico" se acabó por Pfaff
Así acabaría un partido para olvidar por parte madridista y recordado
por parte bávara. La eliminatoria se dilucidaría en el feudo blanco con
un estadio de Chamartín a rebentar con lleno absoluto y
récord de recaudación por aquel entonces para la entidad con hasta 250
millones de pesetas.
El partido se vivió en un clima de tensión
constante, de hecho el comienzo se retrasó hasta cuatro minutos por el
lanzamiento de bengalas y de objetos al terreno de juego desde el fondo
sur. La actuación de Valentine en Munich escocería a los aficionados blancos y así lo hicieron ver durante todo el partido.
Quizá ese ambiente de crispación y la ausencia de aquel que inspiraría
en mayor medida las remontadas de antaño dificultaría la consecución de
un nuevo episodio épico. Más, tras la expulsión del capitán del Bayern,
Augenthaler, en el minuto 31; justo tres minutos después del gol
madridista en medio del desconcierto total en el área que aprovecharía
Santillana.
Un único error para un guardameta que acabaría con la
ilusión de una nueva gesta por parte del equipo de Beenhakker. La
actuación de Pfaff se convertiría en legendaria y una manopla a Gordillo
cuando el esférico se colaba por la escuadra sería la imagen de la
impotencia madridista.
Un Real Madrid que no se encontró en ningún momento en el encuentro y
que no pudo traspasar el entramado defensivo del rival por el abusivo
uso de los balones aéreos. La "ausencia" de un Hugo Sánchez que debería haber sido trascendental y la buena actuación del colegiado Vautrot que no consintió la intimidación del equipo blanco como en anteriores eliminatorias acabarían con las esperanzas madridistas.
En la ida se acabaría todo..
En la ida se acabaría todo..
El mediocampo estuvo desaparecido y todo quedó en el intento. "Nunca temí por la eliminatoria",
aseguraba Lattek al finalizar el encuentro y así fue. El Bayern siempre
firme consiguió pasar a la final que se disputó en Viena.
Pero la eliminatoria entre Bayern y Real Madrid no se cerró aquel
miércoles 26 de abril de 1987. Ya que estábamos ante el primero y mas
trascendente de los episodios de rivalidad entre dos colosos europeos.
El pisotón de Juanito y el cierre del Bernabéu en los dos siguientes
encuentros europeos provocarían las iras de los aficionados blancos y la
eterna lucha ante el conjunto alemán.
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